La historia comenzó en plena campaña para las elecciones andaluzas del 19 de junio. Juanma Moreno se cruzó por la calle en Roquetas de Mar con Javier Pascual, un tatuador que le auguró que iba a sacar mayoría "absoluta". En ese momento, Juanma le dijo espontáneamente que, si se cumplía su profecía, iría a que le tatuara el resultado electoral.

Pues bien, el pasado lunes 17 de octubre, el presidente de la Junta cumplió la promesa que le hizo a este joven, aprovechando una visita a Linares (Jaén), donde se encuentra el estudio donde trabaja Javier Pascual: el estudio Barbiere, 27.

El tatuaje elegido finalmente fue el número 58 precedido de una letra A mayúscula. A58.