La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebrará esta semana un juicio contra una presunta célula terrorista yihadista liderada por R.H., alias Rabeh, asentada en Barcelona y que pretendía atentar contra objetivos rusos, en concreto, turistas y tres yates de magnates rusos que solían atracar en el puerto de la ciudad entre 2016 y 2018, según el escrito de calificación de la fiscalía.

"Dicha cédula se encontraba en disposición de actuar en Barcelona, para lo que no solo se habían formado teóricamente en los postulados del salafismo yihadista radical, sino que además se habían adiestrado en la elaboración de explosivos y en el manejo de otro tipo de armas y habían iniciado el proceso para proveerse del armamento necesario a tal fin", afirma el fiscal, que añade que "toda la actividad desplegada por la cédula se desarrolló en consonancia con el ideario del Daesh".

El ministerio público solicita 14 años de prisión para Rabeh, por un delito de integración en organización terrorista como dirigente, 12 para O. N., alias Brahim, H.S., alias Miami, y L.A., Soufian, como miembros, y ocho para Y.M.B y H.H, a los que se atribuye un delito de colaboración con organización terrorista, al primero por proporcionar armas a los anteriores y el segundo, información sobre objetivos del puerto de Barcelona.

Rabeh, que usaba una filiación falsa para ocultar la relación de su padre y su tío con el GIA (brazo armado del Frente Islámico de Salvación Argelino FIS), "convocaba reuniones para formarse en la ideología salafista radical, suministraba material propagandístico de corte yihadista apto para el consumo de los miembros de la cédula y de terceros, imponía normas de conducta y medidas de seguridad, distribuía las tareas y fijaba objetivos".

Miami era el encargado de la logística informática, para lo que formateaba e instalaba archivos y programas en los dispositivos de los demás, y les daba consejos de seguridad, lo que no impidió a los agentes encontrar vídeos del internet profundo, entre ellos, el fiscal cita algunos de niños que decapitaban personas.

Brahim, por su parte, "mantenía a la célula en contacto con la organización Isis en Oriente Próximo, a través de un complejo sistema consistente en el uso encadenado de diversas aplicaciones, ajenas entre sí y validadas previamente por la división de tecnología del Estado Islámico". Con ella "podían consultar cuanto material novedoso publicado por alguno de los canales oficiales de la organización terrorista e informarse casi en tiempo real de los atentados".

Turistas y yates

El escrito fiscal, de 103 páginas, hace un exhaustivo repaso al material intervenido, a los vídeos de contenido terrorista que guardaban y a conversaciones mantenidas entre los presuntos terroristas. Entre ellas figura la mantenida el 27 de junio de 2018 en el espigón de la playa de La Mar Bella por Rabeh y Brahim. Cuando este último vio que unos turistas les miraban, dijo que "no los tragaba, que si tuviera un kalashnikov empezaría a disparar y sería capaz de tirar a unos 60 como mínimo".

Según el fiscal, "todo ello con el ánimo de predisponer a su auditorio hacia la comisión de acciones terroristas". Unos días más tarde, el 6 de julio, en el Paseo Lluis Companys, Rabeh y Brahim, tras escuchar 'nasheed' (música popular utilizada para hacer apología del terrorismo) durante unos 15 minutos, se reafirmaron "mutuamente en su voluntad de cometer en el futuro acciones terroristas, tal y como tenían ideado". El día 19, Brahim, que se mostró convencido de que no viviría más de 45 años, volvió a mostrar "su deseo de que se produjeran atentados en Barcelona"; incluso dijo “que le follen a la Sagrada Familia, que la destruyan, una bomba y la Sagrada Familia”.

Una vez que la cédula tuvo la suficiente cohesión ideológica y se formó "en la utilización de explosivos y cuchillos y en cómo realizar con éxito atropellamientos masivos", Soufian contactó con H.H. para que le indicara objetivos. Le señaló tres yates de ciudadanos rusos que se encontraban anclados en el puerto de Barcelona. Se trataba de Radiant, construido por el empresario ruso BerezovskyDilbar de Alisher Usmánov y Hermitage de Anatoly Sedikh.