La cruz del Valle de los Caídos ha quedado más o menos blindada con la Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid; la Estrategia Estatal contra las Violencias Machistas que la ministra Irene Montero dijo haber aprobado con el acuerdo de todas las comunidades autónomas no tiene el respaldo del equipo de Isabel Díaz Ayuso; la manifestación y protestas en favor de la sanidad pública quedó equiparada a las algaradas de los independentistas catalanes y el programa de bajadas de impuestos, hasta seis en los últimos dos años, ha quedado completado y altamente difundido. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, por convicción o por necesidad de que se extienda, ha ido en las últimas semanas lanzando mensajes que el electorado de Vox puede acoger favorablemente y que intentan poner de manifiesto que el margen que le ha quedado a Rocío Monasterio en la región lo puede cubrir Ayuso.

En la negociación de los presupuestos no va a ser muy distinto. Ayer el vicepresidente del Gobierno y portavoz, Enrique Ossorio, llevó a la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno una lista de todas las reuniones que los equipos de Ayuso y el de Monasterio han mantenido en el último mes y medio, con el fin de contrarrestar el mensaje lanzado dos días antes por la propia Monasterio, que aseguró que iba a tener su primera reunión con el consejero de Economía y Hacienda, Javier Fernández Lasquetty.

Y además de recordar cada uno de los encuentros que han mantenido los equipos para diseccionar las cuentas ya registradas en la Asamblea de Madrid ("llevamos mucho tiempo hablando con Vox", dijo), no dudó en dejar en evidencia a la líder de Vox en torno a sus iniciativas para las mejoras de la sanidad pública madrileña, asunto con el que Vox ha procurado zarandear también a Ayuso aprovechando la grieta que se ha abierto en las últimas semanas.

Desde que empezaron las huelgas y manifestaciones en contra de las políticas sanitarias de AyusoMonasterio ha buscado la complicidad de los que pueden verse afectados por un servicio deficiente al tiempo que ha exigido a la presidenta que retire la subvenciones que otorga la Comunidad a los sindicatos (instigadores de las protestas, según Vox) para dedicar esas partidas a las mejoras salariales y condiciones generales de los profesionales sanitarios.

Sin embargo, Ossorio reveló que "no se habló de médicos" en esta última reunión ni en las anteriores, "se repasaron actuaciones importantes de cada consejería y ellos (Vox) nos indicaron dónde creían que se podían mejorar las dotaciones presupuestarias. Pero no se descendió al detalle en Sanidad, nos dijeron que nos lo pasaría por escrito", apuntó en referencia a posibles propuestas concretas en esta materia.

La tentativa de Monasterio por rascar algún beneficio en el ámbito sanitario para los ciudadanos que acceden al servicio o a los profesionales no parece que vaya a encontrar hueco si se atiende a lo dicho por Sol o a la coyuntura. Desde el Gobierno de Ayuso insisten en que la partida destinada a Sanidad es "la mayor de la historia de la Comunidad de Madrid y el departamento que más crece con diferencia", es el mismo argumento que utilizan cuando se les pregunta si en las negociaciones con los sindicatos se valora la posibilidad de incrementar el presupuesto sanitario. Pero incluso si ese aumento se produce, la noticia llegará previsiblemente asociada a la negociación de la Consejería con los médicos para finalizar la huelga, de forma que se dificulta que Vox pueda apropiarse de esa hipotética victoria.

La negociación de los presupuestos 2023 se han cruzado también esta vez con una mayor insistencia por parte de Vox en la derogación de las dos leyes de igualdad y LGTBIfobia de la Comunidad o los problemas de violencia asociados por esta formación con la inmigración (latina o con origen en el norte africano, principalmente). No es muy diferente a lo que ya ocurrió en 2022. Entonces, el acuerdo entre ambas partes no incluyó nada sobre las leyes de igualdad y alguna concesión menor en asuntos relacionados con lo segundo. Hasta ahora, lo único que ha querido la presidenta que trascienda es que en el asunto de las leyes LGTBIfobia, aunque puedan ser "mejorables" en algunos aspectos, no las van a tocar a la espera de lo que pueda suceder en el Congreso con la llamada Ley Trans.

Hace un año el pacto de 13 puntos entre las dos partes se dio a conocer un 30 de noviembre, justo antes de comenzar el debate de enmiendas a la totalidad en la Asamblea de Madrid y con el acuerdo de ambas formaciones de rechazar las enmiendas de la izquierda sin haberlas conocido previamente. No hubo escenificación, la noticia llegó por separado y sin foto conjunta; Ayuso evitó la imagen que ponía en manifiesto que necesitaba a Vox para conseguir sus primeros presupuestos. Esta vez, Ossorio ha dibujado un escenario similar al decir que desea que lleguen a un acuerdo antes de que se inicie el debate de los presupuestos el próximo 1 de diciembre en la cámara regional "para que las enmiendas estén de alguna manera acordadas".