Corrupción

Arnaldo, el magistrado del TC que pagó a su "querido Jaume"

Matas recibió 31.320 euros del artífice de la anulación del Senado por el Constitucional, investigado y desimputado en el Palma Arena

Enrique Arnaldo se dirige a declarar ante el juez Castro en el Palma Arena.

Enrique Arnaldo se dirige a declarar ante el juez Castro en el Palma Arena. / B. Ramon

Matías Vallés

Matías Vallés

La humillación infligida por el Tribunal Constitucional a la democracia es para Ernesto Ekaizer una "máquina impulsada por el magistrado Enrique Arnaldo, a quien se identifica como el ‘ingeniero jurídico en la clandestinidad’ del recurso de amparo" que en teoría lleva la firma del PP. Con este perfil intrigante, era inevitable una conexión mallorquina del catedrático de Constitucional en la universidad Rey Juan Carlos, donde Pablo Casado y Cristina Cifuentes obtuvieron sus títulos escasamente presenciales.

En efecto, Arnaldo fue investigado en el caso Palma Arena como hombre clave en la biografía de Jaume Matas. El abogado madrileño cobró miles de euros de IB3 a cambio de trabajos triviales bajo el ropaje de asesoría legal, efectuados a los largo de tres años. Los ingresos se realizaban a través de su bufete Estudios Jurídicos y Procesales, cuando el político mallorquín presidía el Govern por segunda vez, en la legislatura de 2003 a 2007.

Como de costumbre en la gestión de aquella etapa, se multiplican las irregularidades en la tramitación. La contratación fue comunicada dos días antes de llevar a cabo el teórico concurso, "por error" según declaró al fiscal la directora general del canal. El juez José Castro escribió que este contrato público "se amañó desde su inicio para que la entidad adjudicataria fuese Estudios Jurídicos y Procesales". Por si esto fuera poco, el responsable del gabinete agraciado conciliaba la actividad privada con su condición incompatible de letrado del Congreso.

La vinculación económica de IB3 con Arnaldo quedó interrumpida en cuanto Francesc Antich accedió al Consolat. La ruptura no se trasladó a la conexión con Matas, sino que acentuó la intimidad y estuvo en la raíz de la imputación del artífice de la cancelación del Senado en el Constitucional.

Tras su hundimiento político, el president de Balears recibió hasta 31.320 euros del gabinete de Arnaldo. La peregrina motivación de los pagos era la búsqueda de clientes en Estados Unidos, donde el gobernante caído vivió una efímera aventura transoceánica. El interrogatorio de Castro al catedrático se centró en un posible intercambio de favores, lógicamente negado por los afectados.

El magistrado del Constitucional tal vez se excedió al señalar durante su defensa en los juzgados de Palma que pretendían aprovechar la agenda de contactos estadounidenses de Matas, de la que nadie había tenido nunca noticia. En su descargo, el catedrático madrileño declaró que de ninguna manera hubiera procedido a la contratación del mallorquín, de haber conocido sus comportamientos corruptos. Finalmente, la imputación fue levantada por prescripción de algunos hechos y por falta de sustento penal de otros.

Arnaldo también fue vocal del Consejo General del Poder Judicial, siempre por el PP. Las excelentes relaciones con Matas que deseaba olvidar para que no entorpecieran su carrera, y que siempre tenían un trasfondo de beneficios económicos, quedaron puestas de manifiesto en los correos que se intercambiaron los dos personajes en la órbita de los populares.

La familiaridad entre ambos queda recogida en el 'Querido Jaume' del magistrado del Constitucional a uno de los políticos con más condenas por corrupción de la historia de España. Las zalamerías dejan paso pronto a la oferta para la entrada "en un negocio de biodiésel". La tentadora oportunidad ofrecida a Matas por su amistoso interlocutor era única, porque permitiría "ganar mucho dinero". El correo del abogado al político se cerraba en 2008 con un enigmático "cuéntame lo de Panamá", una geografía renombrada como paraíso paisajístico y fiscal. Arnaldo declaró a El País que no recordaba el contenido exacto de los correos fraternales.

Arnaldo no pecó precisamente de transparencia al consignar su trayectoria contractual para obtener su plaza en el supremo intérprete, y ahora también máximo enemigo, de la Constitución. El diputado socialista Odón Elorza fue sancionado económicamente por su grupo, al negarse a votar en el Congreso la candidatura de Arnaldo al Constitucional. La izquierda se ha especializado en labrarse su propia desgracia.

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