Cumbre en Marruecos

España y Marruecos se comprometen a no hacer nada que ofenda "sus esferas sobre soberanía"

La intervención ha llegado tras la sacudida que ha supuesto el no recibimiento de Mohamed VI en audiencia a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez junto al primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, en Rabat.

Pedro Sánchez junto al primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, en Rabat. / Reuters

Marisol Hernández

Marruecos ha logrado el ansiado apoyo español a su plan autonomista sobre el Sáhara y Pedro Sánchez avanza paulatinamente en su propósito de alejar Ceuta y Melilla de las pretensiones del reino aluaí. La Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos gobiernos ha arrancado esta mañana con un compromiso de "respeto mutuo" para evitar "todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía". Una declaración verbalizada por el presidente del Gobierno en su primera intervención, que se ha retrasado una hora -el comienzo de la cumbre estaba previsto a las 11 horas- porque previamente ha mantenido en el Palacio Real un encuentro con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, y sus respectivos ministros de Exteriores, José Manuel Albares y Nasser Bourita.

A pesar de que la RAN se celebra con la polémica aún candente en España de que Mohamed VI no ha recibido a Sánchez, aunque en una llamada telefónica le ha emplazado a una próxima visita oficial, esta cita, que reúne a 27 ministros de ambos países, aspira a sentar las bases de la relación futura. Por segunda vez, Ajanuch ha explicitado que la comunicación se ha reforzado gracias al giro de España en la posición del Sáhara pero aunque Sánchez no ha citado de manera explícita Ceuta y Melilla, la promesa de no inmiscuirse ni en los discursos ni en la "práctica política" en la esfera de soberanía del otro supone un intento del Gobierno español de blindar las dos ciudades autónomas de la reivindicación marroquí.

Esto no significa que Marruecos deje de ver a Ceuta y Melilla como partes de su territorio o cese en la reclamación de recuperar esos territorios, pero al menos es, según se desprende de las palabras de Sánchez, no lo va a hacer públicamente ni lo va a impulsar en su acción de Gobierno. Y lo mismo España con el Sáhara. Pero ni el jefe del Ejecutivo ha citado de manera explícita este conflicto o ha reiterado su respaldo al plan de autonomía, ni su homólogo marroquí ha hecho una sola mención a Ceuta y Melilla.

Asociación económica avanzada

Sí, según aseguró el presidente en su discurso, se ha reiterado el compromiso de "transparencia y de comunicación permanente", de recurrir "siempre al diálogo y no a los hechos consumados". A partir de ahora la relación aspira a entrar en una fase de consolidación, que evite las crisis periódicas, que siempre se han producido entre España y Marruecos, sobre la base de tres pilares. Una relación política más estrecha, una asociación económica avanzada y un nuevo partenariado para estrechar lazos sociales y culturales.

Las cuestiones económicas están siendo muy relevantes en esta cumbre, de donde van a salir nuevos proyectos de inversión "que acompañen el extraordinario proceso de desarrollo que está experimentando Marruecos", dijo. El jefe de Ejecutivo destacó también su satisfacción por el establecimiento de aduanas en Ceuta y Melilla. "Vamos a garantizar juntos que estas aduanas sigan abriéndose de manera ordenada y progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y mercancías, tal y como acordamos el año pasado", aseguró, en referencia a la declaración del pasado 7 de abril, que supone el primer documento de esta nueva etapa entre España y Marruecos.

Pero, por ahora siguen cerradas aunque, según fuentes españolas, la "voluntad" es abrirlas con un calendario concreto. En Ceuta nunca ha existido aduana y en Melilla está clausurada desde hace cinco años. Esto, apuntan las mismas fuentes, "no se hace de la noche a la mañana". La realidad es que Marruecos ofrece resistencia aunque desde el Gobierno se atribuye todo a cuestiones "técnicas" que ambos países deben resolver.

La cuestión de las aduanas es muy relevante para España. Para el Ejecutivo es uno de los hitos de la declaración conjunta del pasado 7 de abril porque consideran que supone un reconocimiento implícito a la españolidad de Ceuta y Melilla porque "sólo se tienen acuerdos comerciales con terceros países".