Investigación

Un agente procesado por las cargas del 1-O: "Lees el auto y parece que los policías hicimos una carnicería"

"Espero un juicio justo; el proceso ha sido político y sesgado. El juez no ha hecho más que alimentar la maquinaria independentista", censura el agente

Antidisturbios desplazados de toda España el 1-O en Barcelona.

Antidisturbios desplazados de toda España el 1-O en Barcelona. / Alberto Estévez

R. Prieto

Cuarenta y cinco policías nacionales y un independentista, procesados. Es el resultado de las investigaciones abiertas en Cataluña la jornada del referéndum de independencia del 1-O, hace ya más de cinco años, y que sentarán en el banquillo a cinco agentes gallegos de la octava Unidad de lntervención Policial (UIP), con sede en A Coruña, por los delitos de torturas, contra la integridad moral o lesiones. En un auto emitido el pasado mes de enero, el juez Francisco Miralles, que ha archivado la causa contra otros veinte antidisturbios, les imputa “violencia gratuita” e “innecesaria” en las cargas en los 25 colegios donde intervinieron. “Si lees el auto, piensas que aquello fue una carnicería”, advierte uno de los 1.200 antidisturbios movilizados por el Ministerio del Interior tras la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de impedir el referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional y que ha sido procesado tras apreciar el magistrado acciones desproporcionadas en su actuación.

"Hemos ido a manifestaciones de 40.000 personas, en las que hemos cargado y al final son uno o dos los policías procesados y 200 radicales", relata el agente gallego, que califica su intervención el 1-O y las de sus compañeros imputados de "quirúrgica": "No hubo fuerza desmedida, se aplicaron los protocolos de intervención". Pero el juez, añade, por cada "gomazo" (golpe de defensa) ha dictado una imputación, aunque esa actuación haya causado moratones o rascazos del arrastre sobre el asfalto. Uno de los casos de lesiones más graves ocurridos durante la jornada del referéndum, el de un manifestante con fractura de fémur y casi 400 días de baja, no derivó en imputación alguna porque no hubo gomazo, sino que fue un agarre.

"Al matadero y sin defensa"

Cuando un antidisturbios va a juicio por alguna de sus actuaciones, la práctica totalidad de las sentencias son absolutorias ya que se demuestra que "ante la lluvia de piedras" de los manifestantes, se utilizó "la fuerza necesaria". Y de resultar condenados, se enfrentan al pago de una multa por lesiones. Pero por las cargas en Barcelona, se juegan su futuro profesional: hasta 12 años de inhabilitación. “Con dos millones y medio de personas (en la consulta del 1-O) y 1.200 policías desplegados, que haya 45 policías procesados y solo un radical... esa ratio es propia de una carga que ha ocasionado 20 muertos entre los radicales”, denuncia el agente, que asegura que los policías procesados se han sentido desamparados tanto por el Gobierno anterior como por el actual."Uno nos dejó allí tirados, nos mandó al matadero. Y el de ahora no se moja, no se manifiesta... Son sus socios de Gobierno, ¿cómo nos van a defender?", cuestiona el agente, que solo espera que haya un “juicio justo”. “Hasta ahora, el proceso ha sido político y sesgado: El juez no ha hecho más que alimentar la maquinaria independentista”, sentencia.

"45 agentes y un radical procesados es una ratio de cargas con 20 muertos"

"El procesamiento me sofoca y me asquea, pero no me sorprende", lamenta. Se trata, según explica, de una instrucción súper sencilla que recoge 40 vídeos, cinco en los que se emplea la fuerza y 35 en los que apartan a gente incluso, dice, "con delicadeza" porque había gente mayor. A algunos se les sacó luxando, porque voluntariamente no se iban. La causa a veinte agentes fue archivada porque fueron agarres y luxaciones, pero los 45 que utilizaron la defensa, aunque fuese un golpe mínimo en un tobillo, se enfrentan a una acusación por lesiones, torturas y delito contra la integridad moral. "Ya solo falta que nos imputen también delito sexual por la forma fálica de la porra", ironiza, y se declara sorprendido por que el juez haya necesitado más de cinco años para hacer una distinción tan básica de si usas defensa, vas imputado; si no, no. "Te esperas unos razonamientos jurídicos más complejos, pero esa conclusión la sacas en una tarde", censura.

"Decisión política"

Se pregunta si el 1-O los 45 policías y un radical, el que perdió la visión de un ojo por una bala de goma, fueron los únicos que infringieron la ley entre dos millones y medio de personas que había en las calles oponiéndose a una decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. "Nosotros fuimos a hacer cumplir una orden. ¿Y solo hay un radical imputado?”, cuestiona. “Si me dices que esto no es una decisión política y que tiene un sesgo muy marcado…"

Ahora se abre la parte procesal en la que la acusación y la defensa deberán presentar sus recursos y finalmente se decidirá si los agentes procesados son juzgados. Superada la fase inicial de “estupefacción” por su procesamiento, este policía da prácticamente por hecho que acabará sentando en el banquillo para responder por estos hechos, pero con las expectativas de que será absuelto porque se limitó a "cumplir órdenes" y "utilizar técnicas de defensa avaladas por los protocolos". Pero lo peor, asegura, no es tener que rendir cuentas ante el juez de turno, sino el largo camino que les espera en los tribunales hasta dar carpetazo definitivo al proceso. Con los plazos de la justicia y teniendo en cuenta que agosto es un mes inhábil, hasta finales de año o principios del próximo no será el juicio. "Yo ya estoy pensando en el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que fue el que nos mandó allí", relata. “Conocerá nuestro juicio en segunda instancia, lleguemos condenados o absueltos. Y a partir de ahí se iniciará una cadena de recursos, bien por la acusación o la defensa, al Supremo, al Constitucional, al Tribunal Europeo. Hasta dentro de diez años no estará el proceso resuelto. Para 2032-2034 –lamenta– muchos ya estaremos casi jubilados”.

"Dispositivo ridículo"

"Fue una intervención intrascendente, comparando con las que tuvimos en huelgas generales, partidos de fútbol de alto riesgo, manifestaciones de la minería, visitas del Papa o de Obama. Hemos estado en todos los grandes dispositivos y se ha empleado la fuerza con una intensidad mucho mayor que el día del referéndum”, relata, al tiempo que recuerda los cientos de periodistas y ciudadanos particulares que grababan cada paso que daban. “Fue una intervención quirúrgica, sabíamos que a nada que nos columpiáramos nos iban a denunciar". La misión que le habían encomendado por orden del TSJC era entrar en los colegios y sacar las urnas. "Eso lo teníamos que hacer con garantías, no podíamos ir a lo loco y que no se pudiera salir de allí", recuerda.

"El anterior Gobierno nos envió al matadero y éste no se moja por sus socios"

Había 2.500 colegios. La policía entró en 29: “El dispositivo fue ridículo, en el 0,24% de los colegios… No íbamos a solucionar nada”. Pero su intervención derivó en 115 agentes investigados por su intervención en el 1-O en Cataluña, de los que finalmente han sido procesados 45, todos tras recaer su causa en el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona. Curiosamente, el resto de policías y guardias civiles que prestaron declaración en otros juzgados, ante más de 40 jueces, fueron absueltos. “¿Solo 45 policías hicimos un uso desproporcionado de la fuerza? En Barcelona actuamos unos 800 agentes, pero ante el juzgado de instrucción número 7, ¿coincidimos los más bárbaros?”, ironiza.

"Cumplimos órdenes a raja tabla y así nos premia el Estado", lamenta. En estos más de cinco años de calvario judicial, no han recibido "una triste llamada de ningún superior, ni apoyo psicológico ni humano ni jurídico". No hubo nada desde el actual Ministerio de Interior ni por parte del anterior. Solo lo han llamado del juzgado número 7 de Barcelona.

"Alborotadores y víctimas"

El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en Galicia y que representa a 1.800 agentes, manifestó su "estupefacción" nada más conocer el auto de procesamiento –señala su delegado en la comunidad gallega, Roberto González– ya que los funcionarios "cumplieron órdenes" y su comportamiento fue "intachable". "Los alborotadores son ahora víctimas y los responsables de garantizar los derechos y libertades de la ciudadanía, los acusados", reprocha González, quien confía en la absolución de los agentes procesados.

El agente procesado da por hecho que irá a juicio y que detrás de él, como público, estarán políticos como Oriol Junqueras o Raúl Romeva: “Los indultados del procés querrán la foto delante del Palacio de Justicia en el juicio de los policías opresores. Este juez lo único que ha hecho es alimentar la maquinaria independentista”.Manuel da por hecho que irá a juicio y que detrás suya, como público, estarán gente como Oriol Junqueras o Raül Romeva: “Los indultados del procés querrán la foto delante del Palacio de Justicia en el juicio de los policías opresores. Este juez lo único que ha hecho es alimentar la maquinaria independentista”.

Nadie de la cadena de mando está procesado.

"¿De todo el 1-O, los únicos que podemos pisar cárcel somos 45 policías, dimos nosotros el golpe de Estado, malversamos dinero público, nos pusimos de acuerdo los 1.200 antidisturbios en España en salir a la misma hora, nos repartimos los colegios? ¿Nadie asume nada?", se pregunta el policía gallego. "Hay una Secretaría de Estado de Seguridad, un comisario de las unidades, toda una cadena de mando. Nadie que no pisara el asfalto está procesado", sentencia.

Este agente y sus compañeros procesados se sienten como veteranos del Vietnam: "Estamos aquí como no podíamos estar. Estamos desganados. No pienso mojarme en ninguna intervención más, así ocurra lo que ocurra delante de mí. Ahora soy pacifista". "Solo espero un juicio justo, ya que la instrucción no lo ha sido", concluye.

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