Sumar

Desánimo en Sumar tras las tensiones con los socios y el caos interno

La difícil negociación de las europeas compromete a la coalición, donde se acusa el "desorden" y la falta de claridad en la toma de decisiones

Archivo - La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 13 de marzo de 2024, en Madrid (España).

Archivo - La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 13 de marzo de 2024, en Madrid (España). / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Ana Cabanillas

Las aguas continúan revueltas en Sumar a poco más de seis semanas para las europeas del 9 de junio. Las fuertes tensiones vividas con los partidos aliados y las turbulentas negociaciones para diseñar la candidatura han dejado al descubierto el desgobierno interno en que navega desde hace meses la plataforma de Yolanda Díaz. La vicepresidenta, que ya afronta momentos bajos en el Gobierno de coalición, empieza a ser cuestionada también a nivel interno.

"No hay un gran ánimo para las elecciones europeas", admite un dirigente de Sumar. El fiasco de las gallegas dejó por primera vez en cuestión la solidez de la marca estatal, y desde entonces las distintas formaciones han ido distanciándose de Sumar. La celebración del resultado de las elecciones vascas, donde lograron un escaño frente a los seis que tenía el espacio, tampoco ha sentado bien al resto de actores. Pero la gestión de la nueva cita electoral y el diseño de la candidatura, con el enorme malestar de Más Madrid e IU, ha llevado a una situación límite, que ya venía abonada por los últimos reveses en las urnas.

"Desorden"

En Sumar existe una sensación de "desorden permanente" a nivel interno. Hasta ahora no ha habido espacios de discusión en la plataforma, y los debates, salvo excepciones, no tienen un cauce formal, sino que se desarrollan en los espacios de trabajo, ya fuera en sede parlamentaria como en la de partido.

La toma de decisiones depende directamente y en último lugar de Yolanda Díaz, sin que hasta ahora haya un núcleo claro y definido de decisión. Algo que muchos aspiran a resolver a partir de este sábado, cuando la vicepresidenta segunda designará a la ejecutiva de su partido.

Distintas voces señalan también las formas de trabajo de la líder de Sumar, que hasta ahora ha exhibido serias dificultades a la hora de delegar, provocando así retrasos en la toma de decisiones y una importante indefinición en sus posiciones políticas. Esta situación se lleva produciendo desde mismo germen del partido que en julio de 2022 se presentó oficialmente en el gran acto de Matadero.

Todas las decisiones pasan por la ministra de Trabajo, que según fuentes de su entorno ya está acusando el desgaste, también a nivel personal, de las dificultades que está entrañando su andadura política. Algunos miembros de la dirección de la plataforma alaban su gestión en el Gobierno, pero señalan las deficiencias que está presentando a la hora de ejercer su liderazgo a nivel interno.

Está por ver, apuntan algunos, si la cosa cambia a partir de este sábado, cuando se reúne por primera vez la dirección de Sumar elegida en la Asamblea -excluyendo al 30% que representan los partidos-, y de donde saldrá la primera ejecutiva de Sumar, un órgano que debería, al menos en teoría, aliviar el "caos" que algunos admiten en la plataforma.

Vaivén

La gestión de esta reunión también ha despertado cierta controversia. Inicialmente Sumar informó que este sábado estarían todos los partidos implicados. El anuncio se hizo pese al debate interno que existía y que se ha venido produciendo en las últimas semanas sobre la conveniencia de celebrar esta primera cita en solitario, y evitar escenificar la posible fractura tras las serias advertencias de IU, que terminó este lunes por rechazar su participación en los órganos.

Finalmente, y después de haber anunciado la convocatoria de todos los partidos, Yolanda Díaz dio un volantazo y limitó la convocatoria a los miembros de la dirección correspondientes a Sumar. "Hacemos complicado lo fácil", resume un cargo.

Una olla a presión

La olla a presión de Sumar también ha ido cogiendo temperatura en los últimos meses, con distintos episodios que han encendido las alarmas en las formaciones de izquierdas. El primero es la relación de Sumar con el PSOE dentro del Gobierno. A los seis meses de sellarse el segundo Gobierno de coalición, la vicepresidenta gallega no ha logrado imponerse en ninguno de los grandes debates, y ha hecho prevalecer su lealtad a su socio de coalición al refuerzo de la identidad propia.

La falta de diferenciación le ha dejado en situación de debilidad y le ha desdibujado dentro del Gobierno, que hasta ahora constituía su principal argumento para justificar su utilidad. Esta cuestión, que ha sido en más de una ocasión, objeto de debate en el grupo parlamentario, le ha llevado además a recibir ciertas críticas internas por parte de otras formaciones partidarias de marcar perfil propio. En las últimas semanas Sumar ha intentado revertir esta situación, endureciendo posiciones en temas concretos como la subida del gasto militar y tratando de hacer caballo de batalla con la causa Palestina, aunque el éxito de este intento está todavía por verse.

Cuestionamiento

La fragilidad de Díaz en el Gobierno se ha traducido también en un mayor cuestionamiento a nivel interno en la coalición. Muchos de los aliados minoritarios ya se han bajado del barco -Més per Mallorca va con Eh Bildu y ERC, Drago Canarias renunció a presentarse y Chunta está en el aire-.

En Más Madrid, una de las formaciones que más apoyó desde el comienzo el proyecto, hay voces antes partidarias de construir la nueva organización que ahora reclaman dar un paso atrás y reducir su vinculación para evitar que su partido pueda verse "lastrado" por las dinámicas de la política estatal.

IU, otro de los partidos que más se han implicado en la construcción de Sumar, también ha puesto su relación en suspenso y no acudirá a la primera reunión de la dirección de Yolanda Díaz de este sábado. El punto de inflexión para IU fueron las negociaciones para las elecciones europeas, por cómo se hicieron y por cómo se valoró a su organización, a la que ofrecieron el cuarto puesto. "Han interpretado la generosidad como debilidad", venía a destacar un cuadro a este medio.

El malestar es patente, y las críticas van en dos sentidos: el primero, la falta de "procesos democráticos", según denunció públicamente el propio secretario de Organización de IU, Ismael González, este lunes. "No sabemos dónde se toman las decisiones", denuncian otras voces de la formación. Esta negociación, a su juicio, pone en evidencia la "falta de institucionalidad" del partido de Yolanda Díaz y la poca claridad a la hora de tomar decisiones.

La segunda de las críticas va referida a los tiempos, por no haber cerrado este frente con más antelación, antes de que los fiascos en las urnas hayan reducido sus expectativas electorales, elevando así la puja por los primeros puestos. "Por qué llevarlo hasta el final, sabiendo que nos adentrábamos en un ciclo electoral desfavorable", se pregunta otro cargo, que considera que "la negociación hubiera sido más sencilla cuando estábamos mejor".

Los agraciados

Sólo los comuns y Compromís han evitado cuestionar el resultado de las negociaciones. Los primeros ven cumplido su objetivo de estar en el segundo puesto de la lista, donde estará Jaume Asens, confirmándose como la organización que más peso tienen dentro de Sumar. El segundo es Compromis, que logró el tercer puesto tras amenazar con ir por separado, y precisamente el partido que menos vinculación tiene con Díaz, tras limitar su relación a una alianza estratégica, y negarse a estar ni en el Gobierno ni en los órganos de Sumar.

"Da la sensación de que los que más se acercan a Yolanda Díaz, peor acaban", analiza un miembro de la dirección de Sumar. Una tesis que podría confirmarse por el trato recibido tanto por IU como por Más Madrid, a quien se le ofreció el quinto puesto de la lista, donde situará a la dirigente Andere Nieva como su candidata, con escasas expectativas de que resulte elegida y con una implicación en campaña todavía por definirse.

Sin plan de campaña

La organización de la campaña electoral es un asunto que todavía no se ha abordado, y esta situación también genera inquietud en la coalición de izquierdas. No se sabe a ciencia cierta cómo se diseñará, quién estará a los mandos, si habrá autonomía o no para las formaciones regionales -salvo Compromís, que lo pactó de antemano-, o cuáles serán los ejes del discurso.

También genera ciertas dudas en las filas de Sumar la candidata, Estrella Galán, la que fuera directora de CEAR en España escogida por Yolanda Díaz como independiente para liderar la lista, pero que pese a su trayectoria por los derechos humanos es una gran desconocida para la mayoría social. Aunque ya dejó su puesto en la campaña, tampoco en Sumar le han asignado de momento un equipo para prepararla, una situación que preocupa y que da cuenta de la dificultad del proyecto para pasar a la acción.

Pese al buen perfil de Galán, algunas voces de Sumar asumen las dificultades que encontrará en las próximas semanas, donde se enfrentará a dos perfiles más que consolidados: la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, por parte del PSOE; y la exministra de Podemos, Irene Montero.