Abascal resta importancia al relevo de Monasterio tras 8 años y le pide "centrarse" en la Asamblea

El relevo de Rocío Monasterio al frente de Vox en Madrid era como una crónica anunciada. Pero se había ido retrasando a lo largo del tiempo. Sobre la dirigente pesaban dos elementos que en el entorno de Santiago Abascal no veían con buenos ojos. El primero, quizá el más evidente: su marido, Iván Espinosa de los Monteros, pasó hace más de un año a engrosar la lista de exdirigentes del partido después de ostentar la portavocía parlamentaria y de haber sido uno de los grandes referentes internos.

El segundo, también inevitablemente encima de la mesa: la incapacidad de Vox para hacerle un roto a Isabel Díaz Ayuso, que el pasado mayo logró la mayoría absoluta. El partido de Monasterio ha ido creciendo en todas las citas electorales, pero no ha podido con el huracán electoral del PP madrileño. Algo que pesa especialmente en la formación ultra, que además tiene difícil criticar a su principal adversaria política que, al mismo tiempo, es una referente dentro de sus propios electores. Abascal apenas se implicó en la campaña madrileña de las pasadas elecciones autonómicas, centrándose en otros territorios.

Abascal fulmina a Monasterio y nombra a José Antonio Fúster nuevo presidente de Vox Madrid

Después de idas y venidas y varias alternativas -una de ellas, según el entorno de Monasterio, fue ofrecerle ir en la lista europea de mayo para ser eurodiputada- Abascal ha decidido relevarla como líder madrileña. "Ahora estará centrada en la Asamblea", dijo en una entrevista este jueves en 'Radio Libertad', sugiriendo que debe centrarse en la labor parlamentaria y en tratar de ser el 'azote' de Ayuso en la Cámara autonómica. El portavoz nacional, José Antonio Fúster, será el nuevo presidente del partido en la capital. "Le va a dar un nuevo impulso a la formación", avanzó el dirigente nacional, reconociendo que necesitan apostar por Madrid para terminar de sacar la cabeza.

Consciente de que el relevo de Monasterio llevaba demasiado tiempo en el debate interno -pero también en el debate público- Abascal quiso ironizar: "Hemos cambiado 30 estructuras provinciales. Como es un cambio en Vox, no tengo duda de que se convertirá en debate y lo intentarán convertir en la división de las divisiones. Pero les digo una cosa, absoluta normalidad".