Congreso de los Diputados

El PSOE asume su derrota en la iniciativa de Junts sobre la cuestión de confianza a Sánchez y aleja el pacto en inmigración

Los socialistas anticipan que la proposición no de ley, sin efectos jurídicos, saldrá adelante con el apoyo del PP y Vox

Los aliados del Gobierno debaten sobre la conveniencia de votar en contra o abstenerse

Pedro Sánchez, este miércoles en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez, este miércoles en el Palacio de la Moncloa. / JOSÉ LUIS ROCA

Madrid

Llegados a este punto, el Gobierno y el PSOE ven poco margen para desactivar la proposición no de ley en la que Junts reclama a Pedro Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. El partido de Carles Puigdemont decidió el martes incluir en el Pleno de la semana que viene su iniciativa, que no tiene efectos jurídicos pero sirve para mantener la presión sobre el Ejecutivo, y ahora los socialistas creen que ya no hay marcha atrás pese a haber reconstruido parte de los puentes con los posconvergentes. Tanto Ferraz como la Moncloa dan prácticamente por hecho que la proposición saldrá adelante con los votos de Junts, el PP y Vox, pero se esfuerzan en transmitir que, en el fondo, no tiene apenas importancia. 

La coalición del PSOE y Sumar aceptó el mes pasado tramitar la iniciativa a cambio del indispensable apoyo de la fuerza independentista al decreto que incluía la revalorización de las pensiones y el escudo social. Los posconvergentes también hicieron aquí alguna cesión, al rebajar su formulación original. En un principio era más contundente (“el Congreso de los Diputados insta al presidente del Gobierno a plantear una cuestión de confianza”, señalaba), pero finalmente deja claro que la decisión corresponde en exclusiva al jefe del Ejecutivo, porque la aprobación de su propuesta no le obliga a nada. “El Congreso de los Diputados insta al presidente del Gobierno a considerar la oportunidad de plantear una cuestión de confianza, conforme a la prerrogativa que le confiere la Constitución, atendiendo al carácter político, sin vinculación jurídica, de esta iniciativa”, reza el texto, que se debatirá el próximo martes y se votará un día más tarde.

Cuando sellaron el pacto con Junts que permitió recuperar el decreto con la subida de las pensiones, que había sido previamente tumbado, los socialistas confiaban en lograr que los posconvergentes acabasen retirando la proposición no de ley. Esa hipótesis, sin embargo, se ha ido disipando con el paso del tiempo. La prometida transferencia a Catalunya de las competencias de inmigración podría haber logrado este objetivo, pero las conversaciones se mantienen encalladas en el papel de los Mossos d’Esquadra en el control de las fronteras, que los posconvergentes reclaman y la Moncloa diluye. “Está muy difícil”, reconocen fuentes del Gobierno, que alejan el acuerdo y subrayan que la negociación, que ya se prolonga durante más de un año, no se acelerará por la petición de que Sánchez presente una cuestión de confianza para comprobar si continúa teniendo el apoyo de la mayoría del Congreso.  

Salvo cambios de última hora, el encargado de intervenir en el debate del próximo martes será José Zaragoza, del PSC

Más críticas a Feijóo que a Puigdemont

Ante este escenario, los socialistas preparan ya su discurso, en el que subrayarán que Sánchez no tiene ninguna intención de pasar por el trance que probablemente le reclame la Cámara baja, como el presidente explicitó a finales de enero, e intentarán dejar a un lado a Junts, cuyos siete diputados son necesarios para que el Ejecutivo saque adelante sus iniciativas parlamentarias, y dirigirse directamente al PP. 

La idea es retratar a su líder, Alberto Núñez Feijóo, como un dirigente siempre “a rebufo” de Puigdemont. Pondrán al menos dos ejemplos: la propia cuestión de confianza y el decreto de las pensiones, que el PP tumbó en un primer momento pero después votó a favor, cuando su respaldo era innecesario porque el Gobierno ya había logrado el apoyo de los posconvergentes. “Feijóo aseguró que no estaba en la Moncloa porque no quería los votos de Puigdemont, pero se esfuerza muchísimo en votar lo mismo que él”, señalan en el PSOE. En principio, aunque todavía puede haber cambios, el encargado de defender la posición de los socialistas será José Zaragoza, diputado del PSC. 

Y después está el resto de aliados de la coalición del PSOE y Sumar. No es lo mismo que ERC, Bildu, el PNV y Podemos se abstengan en la proposición de Junts, algo que sembraría dudas sobre la profundidad de su respaldo a Sánchez, a que opten por votar en contra, mostrando que a un lado están los posconvergentes con el PP y Vox y al otro el resto del Congreso. Hay conversaciones entre todos estos grupos, pero de momento la decisión no está tomada. En cualquier caso, el Gobierno también le resta importancia a esta derivada. Pase lo que pase, señalan fuentes de la Moncloa, la iniciativa de Junts ya está “amortizada”. Y una vez que prospere, aseguran, “no dejará secuelas”.

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