Francisco Sosa-Wagner, catedrático de Derecho: "Es inadmisible que ministros insulten a jueces, a veces hasta de forma nominal"

Los catedráticos de Derecho Administrativo Francisco Sosa-Wagner y Mercedes Fuertes López acaban de sacar el segundo volumen de su "Clásicos del Derecho Público" (Marcial Pons, 2025). Los problemas que aparecen en este volumen son los que hoy día copan las tertulias televisivas, "la corrupción, la selección de los funcionarios, los problemas municipales", aclara Sosa-Wagner. Una mirada a la situación actual del país que le merece un diagnóstico duro: "El sistema territorial español es un fracaso por culpa de los separatistas y nacionalistas catalanes y vascos, y por culpa de los partidos nacionales".

En este libro hay unos cuántos asturianos: Jovellanos, Argüelles, Martínez Marina, el conde de Toreno, Posada Herrera... ¿Con quién se quedan? ¿Cuál ha sido la aportación al estado moderno de cada uno? ¿Por qué ese peso de los asturianos en el derecho político y administrativo?

Ciertamente es una anomalía, pero venturosa, el hecho de que tantos asturianos con buena cabeza coincidieran cuando se estaba gestando el nuevo orden constitucional en España. Es difícil elegir, cada uno aporta sus singularidades, nos gusta la pluma de Argüelles, la serenidad de Jovellanos, la osadía argumental de Martínez Marina y el vigor del conde de Toreno. A Posada Herrera le dedicamos una atención especial, no en balde yo escribí su biografía, la más completa que de momento existe, y lo tenemos por un gobernante descarado y un gran narrador del naciente Derecho Administrativo.

¿Qué fallas de este periodo se han encallecido en la España actual?

La historia parece el cangilón de la noria, siempre dando vueltas a los mismos asuntos. Si se observan los tratados por los autores que hemos seleccionado, veremos cómo la corrupción, la selección de los funcionarios, los problemas municipales… se repiten. Nosotros recomendamos leer en nuestro libro las Exposiciones que al Rey Fernando VII hacen Javier de Burgos (más conocida) y la de Sáinz de Andino (menos conocida). Es preciso aprender de ellas, creer que estamos descubriendo todas las mañanas en las tertulias de la radio la Cordillera Cantábrica es propio de botarates, muy abundantes, por cierto.

¿Es aquí cuando surgen las dos Españas? ¿Un siglo perdido?

Las dos Españas son las que enfrentan a liberales y carlistas. Este enfrentamiento no se ha extinguido del todo porque, cuando uno lee lo que dicen los actuales nacionalistas y separatistas catalanes y vascos, es imposible no recordar a los energúmenos carlistas. Un siglo perdido en absoluto, es el siglo donde, de una forma dubitativa, se están poniendo los fundamentos de la modernización de España. Es muy expresivo leer lo que decían en los años cuarenta en el Ateneo de Madrid Alcalá Galiano, Donoso Cortés, Pacheco y cómo explicó el derecho constitucional Ramón de Salas, los Profesores actuales propendemos también a creer que somos ricos en alumbrar novedades y nos equivocamos. Todo ello está en nuestro libro en textos cuidadosamente seleccionados y alojados en el contexto histórico.

El libro se abre con Dou, que critica las exenciones de fuero, los derechos privativos y demás privilegios... Otros autores insisten en los mismo, como De Salas. Parece que no hemos cambiado en dos siglos. ¿Estamos ante un vicio nacional?

Dou, un catalán y sabio eclesiástico, fue un entusiasta de las reformas de Felipe V. Se echa de menos hoy su pluma porque la emplearía para sacar los colores de su ignorancia al separatista de su tierra.

Si lo he entendido bien, en el libro se postula que el Derecho Administrativo ha sido en España un remedo del Estado de Derecho. ¿Por qué?

Lo que sostenemos es que, a partir de Posada Herrera, el Derecho atrapa a la Administración, naciendo lo que luego se llamaría el Estado de Derecho, solo que fue un Estado de Derecho letárgico, porque las condiciones históricas no daban para más. Criticamos duramente que en 1900 se dividieran las asignaturas de Derecho constitucional (político) y administrativo, lo que se debe a un frívolo ministro llamado García Alix. Es el responsable de que los profesores de ambas asignaturas tengamos lagunas en nuestra formación que han resultado muy dañinas.

En los textos sale a relucir incluso la amnistía, presentada como una herramienta para cauterizar los efectos de las guerras civiles. ¿Está cumpliendo la amnistía un fin similar en estos tiempos actuales en España?

No se pueden comparar los momentos históricos. Hay que tener en cuenta que en el siglo XIX un simple cambio de Gobierno (lo que hoy sería el paso del PP al PSOE o viceversa) podía enviar al exilio y privar de sus bienes a un personaje de la política. Dicho esto, preciso es añadir que los exilios sirvieron para quitarle el pelo de la dehesa a mucho aficionado, pero también fueron muy desgarradores en lo personal.

¿Cómo ve el actual pulso entre el Gobierno y los jueces?

No se puede admitir que ministros del Gobierno, incluso el Presidente, y oradores parlamentarios, desde sus poltronas y tribunas, insulten a los jueces, a veces, de forma nominal. ¿Qué diríamos si un magistrado del Tribunal Supremo usara un micrófono público para recordar la escasa formación profesional e intelectual de muchas de esas personas?

¿Y la condonación de la deuda? ¿Lanza un mensaje equivocado a las administraciones?

Sí, y añadimos que este asunto no tiene solución porque los lugares donde ha de resolverse es la Conferencia de Presidentes y el Consejo de Política Fiscal y Financiera, ninguno de ellos funciona porque los separatistas y nacionalistas catalanes y vascos así lo han querido. El sistema territorial español es un fracaso por culpa de ellos y por culpa de los partidos nacionales que, lejos de reconducirlos con la ley electoral a sus espacios privativos, se han apoyado en ellos para socavar las bases mismas del entendimiento constitucional.

¿Cómo ve un administrativista el actual panorama del mundo, en el que parecen haberse apoderado de los resortes del poder los partidarios de un mundo sin reglas, en el que impere la ley del más fuerte?

Los autores de este libro habíamos aprendido de nuestros mayores a respetar el sistema político americano, caracterizado por el juego primoroso de poderes y contrapoderes. Estamos comprobando que nuestros maestros estaban en la higuera o los ha colocado en la cumbre de ese noble árbol el actual presidente de los Estados Unidos, ese monumento a la zafiedad.

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