El rearme español

Contactos entre las Fuerzas Armadas e ingenieros españoles especialistas en análisis de amenaza electrónica rusa

La predicción de ataques y la protección de drones y satélites, campos de interés y de déficit para los ejércitos y la Armada

Análisis de una imagen de satélite de bombarderos rusos en una base aérea por el programa EOMaster

Análisis de una imagen de satélite de bombarderos rusos en una base aérea por el programa EOMaster / Integrasys

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Madrid

En cuatro reuniones celebradas la pasada semana en diversos puntos de Madrid, representantes del Ministerio de Defensa, el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y del Espacio han mantenido contactos con ingenieros españoles que se han especializado en analizar interferencias electrónicas (o jamming) y de radio que proceden de Rusia, así como imágenes de satélites con los que diversos ejércitos de la OTAN llevan a cabo su vigilancia de movimientos militares del Kremlin.

Es parte del despliegue de las Fuerzas Armadas en busca de innovaciones en tecnología para la defensa, en el marco del rearme español. Los militares han recibido información de cuatro áreas de tecnología de empleo en la guerra multidominio: la protección de drones contra el jamming, la protección de satélites contra ataques cinéticos en órbita, la localización de la procedencia de radioataques y el uso de inteligencia artificial (IA) en el análisis de imágenes tomadas desde el espacio.

Fuentes militares confirman esos contactos... "entre otros" que se vienen intensificando desde "hace más de un año con investigadores y empresas de innovación tecnológica". En esta ocasión, los ingenieros con los que se han montado reuniones son de la firma española Integrasys, que desarrolla soluciones tecnológicas, software y prompts de IA, para detección y alerta de amenazas, además de hardware para esos programas. Durante los últimos tres años abundan en diversos puntos de la frontera Este de la OTAN las oleadas de interferencias en diversas bandas de radio, al tiempo que ciberataques. En la guerra de Ucrania, ese tipo de operaciones se llevan a cabo de forma simultánea de bombardeos, ataques de drones y misiles y, en tierra, avances de blindados rusos.

Rusia y China van rápido

Desde 2021, un año antes del comienzo de la actual fase de la invasión de Ucrania, las siglas EW y ELINT (del inglés, Guerra Electrónica e Inteligencia Electrónica) han cobrado renovado relieve en el campo de batalla. Esas siglas también señalan dos importantes carencias de los ejércitos españoles y europeos. En el caso español no es solo por acumulación de recortes presupuestarios durante años: "Mucha de la tecnología que tienen hoy los ejércitos en Europa lleva 20 años vieja -explica Álvaro Sánchez, consejero delegado de Integrasys-, por lo muy deprisa que marcha la innovación en este campo, mientras que las adquisiciones siguen siendo muy lentas".

Las interferencias electrónicas se multiplican en el frente de Ucrania para, entre otras medidas, engañar a la artillería. En al foto un lanzacohees en Donetsk.

Las interferencias electrónicas se multiplican en el frente de Ucrania para, entre otras medidas, engañar a la artillería. En al foto un lanzacohees en Donetsk. / 2Th MB Ucrania

Integrasys emplea a un centenar de ingenieros, en su mayoría españoles y algunos de ellos militares veteranos, en su sede de Madrid, en un centro de innovación en Sevilla y en oficinas de Estados Unidos y Ucrania para el análisis de la inteligencia que capturan drones y satélites. Los programas que han mostrado a las Fuerzas Armadas permiten detectar cómo un potencial enemigo se moviliza en los dominios ciber, electrónico y físico. Esa detección proporciona a la Space Force y el Space Command de Estados Unidos, a las fuerzas militares ucranianas y a la OTAN -entidades que contratan a Integrasys la escucha de señales- respuestas para tres preguntas clave de cualquier sistema de defensa: cuándo se va a producir un ataque, cuándo y por dónde.

La apertura de la compañía al mercado español -hasta ahora ha venido trabajando más en el extranjero- incluye también acciones de mecenazgo. Entre ellas, un desayuno hace una semana, en el Casino Militar de Madrid, del vicesecretario general de la OTAN para transformación de cuarteles generales, Martin Velsner.

Los contactos entre la empresa y los militares entran en una de las áreas de discusión de cara a la cumbre de la OTAN de la próxima semana: cuánto del nuevo gasto en el rearme se ha de destinar a tecnologías nuevas para afrontar las amenazas de la guerra multidominio, esa que transcurre, a la vez, en el espacio, el aire, el mar, la tierra y el ciberespacio. En el flanco tecnológico de ataque y defensa, "Rusia y China están muy avanzadas, y evolucionan rápido", advierte Sánchez, que es a la vez ingeniero industrial y de telecomunicaciones y se forjó en los laboratorios del CERN.

Encontrar el atacante

La firma española ha desarrollado sistemas para geolocalizar ataques electrónicos, desde dónde se está lanzando una onda de interferencia contra satélites u otros dispositivos. También trabaja en la geolocalización de las señales de los cazas de sexta generación, que pueden hacerse prácticamente invisibles al radar, pero no tanto su rastro de emisiones.

Hay dos programas clave de la compañía que se han desarrollado en España. Uno de ellos, el EOMaster (Maestro de la Observación de la Tierra, viene a ser su nombre) combina datos proporcionados por satélites y algoritmos de IA para identificar y posicionar qué se ve en el suelo. Por ejemplo... los bombarderos estratégicos como los que recientemente destruyó Ucrania en su operación Araña. El programa tiene a su creador en la planta de Sevilla.

Dos cazas Shukoi rusos observados por satélite y analizados en España por Integrasys

Dos cazas Shukoi rusos observados por satélite y analizados en España por Integrasys / Integrasys

El otro programa clave se llama Clean RF, y también es de patente española, producido en Sevilla. Básicamente, trata de un sistema que meter en una tarjeta de memoria integrable en el cerebro de un dron. Cuando el sistema de transmisión del dron a su operador es atacado con interferencia, este programa limpia la señal y la restaura para que el dron siga proporcionando a su bando una visión del entorno.

Made in Andalucía

En Sevilla se trabaja también en programas de asignación de datos, una de las áreas de trabajo menos conocidas de la guerra electrónica. En un entorno radiológico o ciber muy degradado, el dato se convierte en un elemento muy preciado y escaso, preciso para ver el campo de batalla y transmitir lo que se ve. Repartir los datos disponibles entre emisores y receptores requiere decisiones rápidas al alcance de la IA.

Estas tecnologías y otras antijamming han sido adquiridas por Francia, Rumanía, Italia, Australia y Ucrania, entre otros países. Luxemburgo es otro de los centros de operaciones del grupo español de ingenieros: el gran ducado no puede ofrecer a la OTAN muchas tropas, por lo que aporta a la Alianza Atlántica inversión en alta tecnología espacial y antijamming.

En la guerra invisible no vale la protección si no la acompaña la inteligencia suficiente como para predecir movimientos. Hacia esa necesidad también se orientan las investigaciones españolas, para poder adelantarse a ataques físicos, interferencias, escuchas o copias de la información que distribuye el sistema satelital militar occidental.

Cuando un ejército prepara una invasión, "hay mucho movimiento, todo se calienta mucho, por eso se puede prevenir", dice Sánchez. Y también se puede responder. Ahí las tecnologías que se investigan en Sevilla, Kiev y Madrid entran en un campo más delicado. Integrasys debe pedir permiso a Defensa cuando se le plantea la venta de jammers (su capacidad de ataque electrónico o "de denegación") a países que no son de la OTAN.

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