Comité federal
Los barones del PSOE piden a Sánchez un vuelco en la Ejecutiva: "Estaba comandada por Cerdán; hay que hacer limpieza preventiva"
La inesperada entrada en la cárcel del exsecretario de Organización eleva la presión para que el presidente tome medidas "audaces" en el partido y el Gobierno

Pedro Sánchez, este martes durante la cumbre de la ONU en Sevilla. / Pierre-Philippe Marcou / AFP
Pedro Sánchez guarda bajo siete llaves sus planes para conseguir un objetivo que buena parte del PSOE considera casi imposible: recuperar la iniciativa y sacar el partido a flote tras el ingreso el lunes en la cárcel de Santos Cerdán, imputado por cohecho, organización criminal y tráfico de influencias. Si el presidente del Gobierno y líder socialista tiene ya una idea aproximada de cuál tiene que ser la respuesta, y algunos miembros de su núcleo duro sugieren que es así, no la ha compartido con casi nadie. Al menos, no con la mayoría de los líderes territoriales, que asisten atónitos a la constante evolución de este escándalo de corrupción, temerosos de que continúe y quede desterrada cualquier posibilidad de recuperar o mantener el poder en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2027.
El próximo sábado, en la madrileña calle de Ferraz, los socialistas celebrarán a las 10.30 de la mañana el comité federal más trascendente de los últimos tiempos. Una hora antes, Sánchez reunirá a la Ejecutiva para aprobar los anunciados cambios tras la forzada dimisión de Cerdán como secretario de Organización, un dirigente que era hasta hace menos de tres semanas la mano derecha del presidente, encargado de llevar las riendas del partido y negociar con Junts. Alguien a quien el pasado 16 de mayo, por ejemplo, cuando comenzaron a salir las primeras informaciones sobre el informe de la UCO que le atribuye un papel protagonista en la trama para cobrar mordidas a cambio de obras públicas, la dirección del partido defendía así en su cuenta oficial en X: “Todos los y las socialistas estamos contigo y tu familia, Santos. Siempre. No vamos a dar un paso atrás ante los ultras y el acoso al que nos someten. No nos van a amedrentar. Abrazo fuerte, compañero”. El tuit ha sido borrado en las últimas horas, porque ahora, según dijo el lunes María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, vicesecretaria general del PSOE y candidata en Andalucía, Cerdán es “una persona que no tiene que ver con el Partido Socialista”.
Más allá del "triángulo tóxico"
Ahí reside uno de los temores de los líderes territoriales: que Sánchez se aferre a la tesis de que todo se reduce al “triángulo tóxico” formado por Cerdán, José Luis Ábalos (su antecesor en el partido y exministro de Transportes) y Koldo García para limitar los cambios en el PSOE al área de Organización, un puesto que ya se da por casi seguro que ocupará una mujer, con la catalana Montse Mínguez y la valenciana Pilar Bernabé como favoritas.
“No valen cambios cosméticos”, señala un barón socialista. “La Ejecutiva estaba comandada por Cerdán. Hay que hacer limpieza preventiva”, añade. La tesis es ampliamente compartida por varias federaciones, pero al mismo tiempo todos los consultados coinciden en que el “vuelco” en la dirección del PSOE, por muy “radical” que sea, no servirá para tapar la herida.
A la espera del discurso de Sánchez el sábado en el comité federal (donde también se espera que haga cambios en el funcionamiento del partido, tras fallar todos los mecanismos de control sobre Cerdán) y de su comparecencia del miércoles de la semana que viene en el Congreso (en la que anunciará nuevas medidas contra la corrupción), la mayoría de dirigentes socialistas piden al presidente una respuesta “audaz”, en línea con su agitada trayectoria política, repleta de decisiones arriesgadas que le han acabado saliendo bien.
El congreso extraordinario
Algunos colaboradores de Sánchez abogan por un congreso extraordinario, apenas siete meses después del ordinario celebrado en Sevilla, en el que este sea reelegido y acallar así a los críticos. Otros todavía abogan por una cuestión de confianza que sirva para reafirmar el respaldo del heterogéneo bloque de la investidura. Pero esa es una posibilidad que descartan por el momento, y a falta de nuevas revelaciones en este escándalo, fuentes oficiales de la Moncloa. “Contamos con el apoyo de la mayoría del arco parlamentario. ¿Para qué vamos a ir a una cuestión de confianza?”, se preguntan. El adiós de Sánchez tampoco está sobre la mesa. “No creemos que haber designado a los dos secretarios de Organización presuntamente implicados en la trama [Ábalos y Cerdán] sea motivo de dimisión. No lo pensamos nosotros, no lo piensan los militantes y tampoco la mayoría de cuadros”, continúan los mismos interlocutores.
Mientras tanto, el barón más crítico de todos, Emiliano García-Page, perfila su intervención en el comité federal del sábado. El entorno del presidente de Castilla-La Mancha señala que tiene previsto acudir a la cita, pero que primero escuchará atentamente el discurso de Sánchez. “Alguien tendrá que contar por qué ha pasado todo esto y hasta dónde llega el problema, ¿no?”, reclaman los colaboradores de Page. En una actitud que dice mucho del mal clima entre el mandatario autonómico y el presidente del Gobierno, explican que “faltando cuatro días” no quieren anticipar nada sobre su intervención para evitar así que Sánchez y sus colaboradores más fieles estén prevenidos. “Ni una pista les vamos a dar”, concluyen.
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