Comité federal

Page reclama a Sánchez una cuestión de confianza o que convoque elecciones

Sánchez responde en su réplica final al comité federal, a puerta, cerrada que "cuando deje de ser presidente y secretario general seré un afiliado al lado de mi secretario general"

El barón más crítico con Pedro Sánchez se desmarca de la hoja de ruta propuesta para salir de la crisis tras el caso Cerdán y pide recuperar la confianza del Parlamento, sin el "chantaje" de los independentistas

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el Comité Federal del PSOE.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el Comité Federal del PSOE. / José Luis Roca

Madrid

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, advirtió este sábado al presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, que su plan para superar la crisis en el PSOE resulta insuficiente. “La gravedad de la crisis que tenemos encima no se soluciona con este comité federal”, se arrancó durante su dura intervención a puerta cerrada, en línea con lo que había manifestado a la entrada del cónclave, según fuentes de su entorno. Por ello, situó al jefe del Ejecutivo en la dicotomía de someterse a una cuestión de confianza o de adelantar las elecciones. “O se recupera la confianza parlamentaria que hemos perdido”, dijo, sin que sea “a cambio de más chantajes obscenos de los independentistas”, o se deben convocar elecciones.

El líder de los socialistas castellano-manchegos volvió a criticar también los pactos “con la extrema derecha de Junts” al considerar que desdibuja el proyecto socialista. De ahí su defensa en que para buscar una salida tras el estallido de la trama de corrupción en el corazón del PSOE se debe pensar “en el PSOE de los municipios, el PSOE de hoy y en el de mañana”. La cuestión de confianza la defendió como un mensaje que se debe mandar a la sociedad sobre si se mantiene o no la confianza del Parlamento o, de lo contrario, no descartar más adelante la posibilidad de elecciones.

Pero la propuesta del presidente de Castilla-La Mancha tuvo escaso éxito dentro del comité federal, según fuentes presentes en el encuentro. Como era previsible, Page se quedó bastante solo. Varios miembros del Consejo de Ministros defendían también una cuestión de confianza en los días posteriores a la dimisión de Santos Cerdán, pero recularon después de comprobar que la intención de Sánchez es continuar hasta 2027 sin someterse a este instrumento.

Sánchez respondió en su réplica final al comité federal a puerta cerrada, según fuentes presenciales, que "cuando deje de ser presidente y secretario general seré un afiliado al lado de mi secretario general". Una petición de lealtad que, además de García-Page, desliza un mensaje hacia el ex presidente del Gobierno, Felipe González, quien tras avalar la amnistía el Tribunal Constitucional anunció su intención de dejar de votar al PSOE. De hecho, Sánchez defendió los efectos de la amnistía, así como su política de pactos, en una respuesta más política e institucional frente a las posiciones coincidentes de González y Page. Incluso dio datos de porcentajes de apoyo de cómo electoralmente se premian los pactos con la izquierda, para rechazar los cantos de sirena de la llamada "gran coalición". Un modelo que, critican los colaboradores del secretario general, solo se pone sobre la mesa cuando el PP está en la oposición, no cuando gobierna.

El titular de Política Territorial y líder del PSOE canario, Ángel Víctor Torres, acusó a Page de utilizar “el mismo discurso” que la derecha. El de Transportes, Óscar Puente, fue más allá. Llamó "hipócrita" al presidente de Castilla-La Mancha por unas palabras del día anterior, en las que aseguró que "algunos" de sus compañeros socialistas "ni saben siquiera si van a estar libres de poder andar por la calle o van a tener que verse en una cárcel”. Page intentó después volver a intervenir, por alusiones, pero no le dieron la palabra, ya que en estricta aplicación del reglamento solo el secretario general tiene derecho a tomar la palabra en más de una ocasión.

"Parte del problema"

A su entrada a Ferraz, el barón más crítico con Sánchez ya dejó claro que no comparte la hoja de ruta del líder socialista tras el estallido del escándalo que afecta a Santos Cerdán. "Vengo fundamentalmente a escuchar. Quiero dejar muy claro que la derecha no puede dar lecciones al PSOE, ni de corrupción ni de otras cosas. Pero no vale con tener un poco menos que el PP. Es un tema mucho más serio. Vengo a escuchar salidas políticas al proyecto que fundó Pablo Iglesias. Si la dirección no ofrece salidas, forma parte del problema. Hay que pensar en el PSOE de hoy, el de mañana y el de pasado mañana. Es momento de mucha generosidad con los que tengan que ver después. Hay que tener altura política. Las siglas son mucho más importantes que los dirigentes", explicó.

García-Page fue uno de los primeros en intervenir en un cónclave que se espera largo, tras reclamarse un total de 39 turnos de palabra. Fuentes de su entorno daban por hecho que su voz crítica no tendría demasiado respaldo, aun confiando en fugas por parte de cargos intermedios, de ahí su apelación a la mirada municipal.

La gran mayoría de la dirección es afín al secretario general, y hasta un total de cinco ministros son secretarios generales en sus federaciones. Solo el líder de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, ha mantenido posiciones distantes con Ferraz, pero se asume que su situación judicial, investigado por el caso David Sánchez, no le ofrece un marco idóneo para confrontar con Ferraz. Gallardo navegó entre dos aguas. Por un lado, según fuentes de su entorno, defendió “el valor de todas las voces del Comité Federal, incluso las críticas”. Por otro, reclamó “apoyo y unidad en estos momentos tan complicados”.

Alegría reta a los críticos a medirse

Tras el presidente de Castilla-La Mancha, tomó la palabra el president de la Generalitat y líder del PSC, Salvador Illa. Su discurso fue antagónico, en defensa del plan propuesto por Sánchez y mostrando su total respaldo. En la misma línea del resto de dirigentes que posteriormente fueron tomando la palabra, con breves intervenciones para mostrar su apoyo a la dirección y determinación de contribuir a superar el actual momento.

La portavoz del Gobierno y líder de los socialistas aragoneses, Pilar Alegría, incluso retó a los críticos a medir su respaldo. Esto es, a “presentarse en los distintos procesos que hay y que obtenga el respaldo de los militantes”. En su intervención llamó a “continuar” y defendió que “la rabia y el dolor no nos pueden paralizar”. Después de pedir “perdón” y hablar “desde el corazón”, animó a que ahora es el momento de salir a la calle y hacerlo “con propuestas y soluciones” a los problemas de la ciudadanía, desde la “política útil”. En la dificultad, añadió, no deben bajarse los brazos. Un mensaje que, según recalcó, representa a la militancia y los dirigentes del partido en Aragón, del que estaba al frente una de las principales voces críticas con Ferraz, Javier Lambán, hasta que Alegría tomó el relevo.

El ministro de Transformación Digital y líder de los socialistas madrileños, Óscar López, fue todavía más explícito en su réplica a Page al llamar la atención sobre que “en esta sala se pueda defender la continuidad de M. Rajoy (en referencia al debate sobre la abstención en la investidura del expresidente del PP en 2016) y pedir el fin de un gobierno socialista sin ninguna acusación”. “Aparte de los papeles de Bárcenas”, contextualizó sobre aquel comité federal en el que se aprobó de abstenerse en la investidura de Rajoy, “en Cataluña se vivía una situación insufrible, 3,4 millones de parados y una reforma laboral que devaluó los salarios de los trabajadores. Eso pasaba. Y en esta sala se defendió la continuidad de ese gobierno”. Con estos argumentos defendió la continuidad del Gobierno para poner en valor “con datos” su hoja de servicios y la necesidad de seguir intensificando su agenda.

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