Tras una semana angustiosa, Luis Enrique, el seleccionador español, comienza a recibir buenas noticias. A poco más de 48 horas del estreno en la Eurocopa el lunes en Sevilla ante Suecia, el técnico ha podido trabajar por vez primera con todo el grupo. Como si fuera un entrenamiento normal. Y lo era después de varios días en que el asturiano ha tenido a su disposición a 39 jugadores: 22 en la burbuja oficial y 17 en la burbuja paralela.

La Federación española informó este mediodía que los jugadores habían vuelto a dar negativo en los controles PCR a que habían sido sometido, contando, además, con el retorno de Diego Llorente, el central del Leeds, que había dado un falso positivo. Solo falta que se una Sergio Busquets a la expedición de la selección, que viaja este domingo a Sevilla.

Pero la burbuja paralela, integrada por 11 jóvenes de la selección sub-21 y seis que había llamado urgentemente Luis Enrique, ha quedado ya oficialmente disuelta. Se vivió una escena llena de emoción sobre el césped de Las Rozas cuando los 23 convocados (falta aún Busi) hicieron el pasillo de honor a los que han trabajado en silencio, asumiendo que eran la opción B.

"Estas situaciones nos han hecho más fuertes como grupo. Ya estamos viendo la luz al final del túnel", ha declarado un alivado Diego Llorente, quien ha agradecido la confianza máxima que ha tenido el técnico asturiano con él. "Creo que todos los que estamos aquí vemos el vaso medio lleno y no medio vacío. Este virus es algo muy serio. Hay mucha gente que lo está pasando mal y es un tema muy serio", ha recordado el defensa.

Admitió, eso sí, el clima repleto de incertidumbre que ha sacudido a la selección española en esta semana previa al debut en la Eurocopa. "El positivo de Busquets fue un jarro de agua fría. El virus se manifiesta cuando se manifiesta y es complicado cogerlo a tiempo. En principio me podría vacunar, está previsto hacerlo", ha revelado Diego Llorente.