La cita con la historia de Álvaro Morata, a un tanto de transformarse en el mejor goleador de la selección española en la Eurocopa; el examen constante sobre Unai Simón, los contrastes de Aymeric Laporte, la posible titularidad de Dani Olmo y el pulso por la presión y la posesión son cinco focos del partido de las semifinales del torneo entre Italia y España en el Wembley.

LA CITA CON LA HISTORIA DE MORATA

Sus cinco goles en dos fases finales de la Eurocopa lo postulan ahora para ser el futbolista más goleador de la historia de la selección en esta competición. De momento está igualado con Fernando Torres, con cinco dianas cada uno; el hombre récord en solitario hasta el tanto de Morata contra Croacia en los octavos de final.

Quiere más el delantero madrileño, señalado en los dos empates iniciales, pero el goleador indudable en el esquema de Luis Enrique Martínez. Ha comenzado cada partido desde el once titular en el torneo, por delante de cualquier otra opción, y se ha reivindicado en los últimos dos duelos antes de medirse a sus amigos y compañeros en el Juventus Giorgio Chiellini o Leonardo Bonucci.

EL EXAMEN CONSTANTE DE UNAI SIMÓN

En el fútbol, el pasado no existe, sólo se valora el presente. Es una circunstancia no escrita del balompié, que supone un desafío y que somete a un examen constante a cada jugador, como siempre lo ha sentido Unai Simón en la selección española, inamovible del once titular en cada uno de los últimos doce encuentros disputados.

A su error contra Croacia respondió con paradas determinantes y con el papel de héroe en la tanda de penaltis ante Suiza. "Cabeza fría y ser de hielo" son dos máximas del guardameta, admirador de Buffon, por su lealtad, por su compañerismo, e Iker Casillas, por "su capacidad mental para llevar situaciones"; los dos guardametas que han marcado la historia más reciente de los Italia-España.

LOS CONTRASTES DE LAPORTE

Aymeric Laporte es el defensa más titular de todos para Luis Enrique Martínez. No hay mejor demostración que los cinco partidos ya disputados en la Eurocopa 2020; el único futbolista no sólo de esa línea sino de todo el campo que lo ha jugado todo, cada uno de los 510 minutos de recorrido de España en la actual fase final.

Goleador ante Eslovaquia, clave en la salida de balón, aún necesita crecer más con la selección. Dos fallos -contra Polonia en el 1-0 de Robert Lewandowski y contra Suiza en el 1-1- contrastan con su rol de indiscutible para Luis Enrique y con su aportación global, mucho mejor por su perfil natural, el izquierdo, que por el derecho, dependiendo de su acompañante (Eric García en el primer caso o Pau Torres en el segundo). Enfrente tendrá la exigencia de una tan determinante como el de Italia.

EL DESBORDE DE DANI OLMO

La seria duda de Pablo Sarabia, aquejado de una leve contractura, fuera del entrenamiento de este lunes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, mermado por las molestias musculares en el aductor derecho, abre una puerta del once titular en el ataque, previsiblemente para Dani Olmo; las dos primeras citas en la alineación inicial, las dos últimas como recurso y agitador concluyente desde el banquillo.

Ante Croacia, en los octavos de final, salió al terreno de juego para dar las dos asistencias de la victoria, una a Álvaro Morata y otra a Mikel Oyarzabal, para el 3-4 y el 3-5, respectivamente, en la prórroga; frente a Suiza también fue protagonista, desbordante primero y goleador después en la tanda de penaltis ante Suiza.

EL PULSO POR LA PRESIÓN Y LA POSESIÓN

La presión centra la atención en el choque entre Italia y España por una plaza en la final. Es un aspecto crucial del partido de este martes en el estadio de Wembley, tal y como se desenvuelven dos selecciones que apuestan por esta destreza para dominar cada sector del campo, cada momento del partido y cada instante del balón.

Porque la posesión también es fundamental para España, en mayor medida, en ella basa su juego de ataque, e Italia, aunque la selección 'azzurra' es más vertical, genera más vértigo cuando encara los últimos metros, más incisiva y aparentemente más poderosa que la selección española, que necesita más profundidad y decisión.