Pintura, lijar, rematar, polvo y nervios, muchos nervios. Son los elementos que se respiran en el aire de los talleres falleros de Burriana donde los artistas ultiman los monumentos que lucirán en las calles de todos los municipios que celebran la fiesta de Sant Josep de toda la Comunitat. Las horas antes de la llegada de la semana grande pasan rápido y las tareas se centran en la puesta a punto de los últimos detalles a falta de solo 20 días para la plantà.
Las Fallas 2022 significa la recuperación del calendario tradicional y el avance hacia la deseada normalidad. Sin embargo, el desajuste de las fechas derivado de la irrupción de la pandemia ha sido un quebradero de cabeza para los artesanos porque, tal y como explica a Mediterráneo Paco Fuentes, han tenido «encargos con apenas tres o cuatro meses de antelación cuando es un trabajo para realizar durante un año».
Pérdidas económicas
El esfuerzo de haber tenido que luchar por mantener sus negocios en pie durante este tiempo complicado por la actividad a medio gas se ha traducido en pérdida de ingresos y el desbarajuste de cuentas y de su propio equipo. José Luis Pascual, Pepi, incide en que estos dos años han tenido que «mantener el taller abierto» y, pese a que la mayoría de comisiones han respondido bien, por momentos se han visto «con el agua al cuello para cubrir gastos».
Ambos artistas coinciden en señalar el futuro incierto que le depara a la profesión, puesto que este periodo les ha servido para reflexionar y coger un número limitado de proyectos, por lo que, en ciclos venideros, será más complicado para las agrupaciones festivas encontrar un profesional que les confeccione su falla. Además, señalan, hay toda una generación de artistas que está por jubilarse, con lo que las opciones se reducen todavía un poco más.
Así, las figuras llegan a tiempo para la inauguración de hoy en el CMC La Mercé de la exposición y la elección del Ninot indultat.