Ver más galerías relacionadas
Maria José Sánchez
Ver galería >En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ
En Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasEn Benicarló tenían muchas ganas de Fallas. Y si ese anhelo ya quedó patente en la Crida, en la Cabalgata del Ninot se ha confirmado de forma ostensible. Una riada de color, música y baile ha recorrido las calles más céntricas de la localidad con el animado pasacalle. La contención obligada generada por la pandemia ha quedado atrás para dar paso a todo un derroche de creatividad y exaltación de hermandad fallera con tintes carnavaleros.