Asegurarse de que los universitarios han adquirido los conocimientos propios de la titulación y son realmente competentes para desarrollar su futura profesión, además de reforzar su formación práctica y en competencias mientras se entrenan para superar estas evaluaciones. Ese es el doble objetivo de las pruebas de Evaluación Clínica Objetiva Estructurada (ECOE), que ha puesto en marcha el CEU, de modo pionero en la universidad española, en sus Grados de Enfermería, Educación Infantil y Educación Primaria.
Las ECOE son exámenes de final de carrera propios de la titulación de Medicina (vigente en el CEU y en el resto de universidades españolas) en los que los futuros facultativos afrontan, en un tiempo limitado y ante evaluadores expertos, desafíos similares a los que encontrarán en su ejercicio profesional. Se trata de un modo de probar su capacitación para el que, además, deben entrenarse previamente, lo que les permite profundizar en sus habilidades clínicas y en otras competencias valiosas, como la toma de decisiones, el trabajo en equipo o el liderazgo.
El potencial y aprendizaje de esta prueba animó al claustro de Enfermería y, posteriormente, al de Magisterio del CEU, a adaptarla a sus titulaciones. La iniciativa, pionera en España, está inspirando a otras universidades, como ha ocurrido con las ECOE de Enfermería del CEU de Castellón, que llevan desarrollándose cinco años y cuyas claves se comparten con estudiantes y profesores de toda España, a través de un manual práctico, acogiendo a docentes en calidad de observadores y participando en foros universitarios.
Estreno de Magisterio
En Magisterio, el CEU de Castellón ha implementado este curso la evaluación de competencias en más de 20 asignaturas, en algunos casos, implicando a diferentes áreas de conocimiento y niveles educativos.
En los grados de Educación, las ECOE (donde la C de Clínica pasa a referirse a Competencias) pretenden medir el desempeño de los estudiantes en situaciones educativas simuladas en las que deben demostrar sus conocimientos, destrezas, y las habilidades sociales y críticas (entre maestro y alumnos y entre maestros). En definitiva, "los rasgos que perfilan la competencia profesional docente", explica el coordinador de Magisterio en este campus, Francisco Pardo. Así, los alumnos de primero han realizado dos pruebas ECOE, una por semestre, incorporando la variable interdisciplinar. En la primera, simulaban ser docentes convocados por el equipo directivo para diseñar una acción que solucionara un problema específico --colaborativamente y aplicando los conocimientos de dos asignaturas-- . En la segunda, debían demostrar el desarrollo de sus competencias, simulando una entrevista con familias de los escolares.
Los alumnos de segundo debían analizar casos prácticos de investigaciones escolares y proponer recomendaciones a partir de su análisis, demostrando el dominio de las competencias investigadoras. En el segundo semestre, tuvieron lugar las ECOE interdisciplinares, que valoraron la labor didáctica de los estudiantes, representando el rol de maestros en un aula con escolares simulada, impartiendo conocimientos de dos asignaturas.
Finalmente, en tercer y cuarto curso, los estudiantes de Magisterio demostraron la adquisición de competencias profesionales superando otro tipo de pruebas interdisciplinares, de mayor complejidad, que ponían el foco en su capacidad creativa para diseñar recursos didácticos adaptados a las necesidades individuales de sus futuros alumnos.
Las evaluaciones arrojan unos resultados prometedores. En este sentido, "aunque siempre hemos reforzado la formación de los estudiantes trabajando sus competencias profesionales a parte de los conocimientos propios de la carrera, los exámenes tradicionales no las medían del modo adecuado", explica el profesor Pardo, quien añade que "ahora, a pesar de que diseñar y organizar las ECOE requiere un trabajo extraordinario, estamos logrando que los futuros maestros interioricen las competencias que van a necesitar en el ámbito profesional".
