La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
La afición del Villarreal, en el aeropuerto de Castellón
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
Los seguidores groguets se hacen oír en Vigo
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
Fernando Roig con José Manuel Llaneza.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
Dos animados seguidores groguets en Vigo.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
La afición amarilla volvió a dejar por sentado que es de Champions.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
José Manuel Llaneza saluda al técnico del filial Miguel Álvarez
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
La expedición del filial a la llegada al aeropuerto en Vigo.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
La peña Celtic Submarí estuvo bien representada en Vigo.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.
La afición del Villarreal es de Champions. No solo está al lado fielmente del primer equipo, sino que su aliento llega hasta a los chicos del filial. La iniciativa del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig, de fletar vuelos para facilitar el desplazamiento de aficionados a Vigo, además de varios autobuses, tuvo una gran respuesta de la hinchada grogueta, que en gran número estará en Balaídos apoyando a su filial en un difícil compromiso contra el Nàstic de Tarragona para lograr una plaza en Segunda División. El Villarreal B estuvo bien acompañado en la ciudad gallega, tanto por su presidente, Fernando Roig, como por el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, y la gran sorpresa de la presencia del vicepresidente, José Manuel Llaneza, que encabezaron una expedición que contará con el aliento de un millar de seguidores groguets. Miembros de varias peñas groguetas, entre ellas la emblemática Celtic Submarí, con su presidente Ernesto Boixader al frente, y el concejal, Javier Serralvo, también socio de la peña, junto con destacados aficionados del Villarreal estarán esta noche en Balaídos apoyando al Submarino. Otro reto mayúsculo de un club que no tiene techo y que aspira a ser el único equipo de Primera que tenga un filial en Segunda División. Hace diez años, el Villarreal B tuvo que descender de categoría al bajar el primer equipo. Hoy, una década después, aspira a ser de nuevo miembro de la LaLiga. El Nàstic de Tarragona, un duro rival, es el último obstáculo para el equipo que dirige Miguel Álvarez, quien buscará su segundo ascenso como entrenador dos décadas después de lograrlo con el Terrassa.