El municipio castellonense dedica este sábado 1 de febrero y el domingo día 2, el tradicional festejo en honor a los animales y en la que se representa la vida del Santo, la gran barraca y el arrastre de leña por parte de las caballerías. Se espera que acudan a la cita centenares de personas, gracias a la enorme cantidad de aficionados a los caballos dispuestos a desplazarse a la localidad, para disfrutar de las actividades que se llevan a cabo.

Los mayorales del municipio son los encargados de organizar el evento, junto con la ayuda de los vecinos, quienes semanas antes suben al monte para recoger la leña, y recortar pinos para construir la estructura de la barraca. No obstante, el sábado por la tarde es cuando realmente da comienzo la festividad, con el transporte de la leña con las caballerías para encender la hoguera en la Plaza del Ayuntamiento.

A continuación, se produce la exhibición de la vida del Santo, una obra reproducida en valenciano y con ciertos toques cómicos para provocar la carcajada del público, lo cual dará lugar, posteriormente, a la cremación de la gran barraca. Una vez encendida, los demonios voltean la hoguera sin cesar, mientras los más atrevidos se adentran en el interior de la cueva en llamas.

La jornada finaliza con la bendición de los animales y, además, los mayorales reparten a todos aquellos que asisten con sus mascotas la tradicional ‘coqueta de mitja lliura’, un pastel relleno de confitura de calabaza y una copa de aguardiente. Pero, el Sant Antoni no acaba aquí, puesto que al día siguiente los juegos populares para los niños son los que pondrán el punto y final a las fiestas.