Comenzó a dibujar una colección de 'grisallas' de cine en plena pandemia, en Castellón. Rosmary Badenes, con una larga trayectoria como gerente de una empresa y desde hace unos 15 años volcada en el arte, plasmó al carboncillo, el primero, a Marlon Brando; le siguió Penélope Cruz y, esta misma semana, compartió el resultado final de ¡Miguel Ángel Silvestre!. Una foto suya colgada en instagram junto a su retrato que, casi de inmediato, desencadenó la reacción, positiva, del popular actor castellonense, quien a su vez la compartió en sus stories y elogió su trabajo: "¡Lo más bonito, tú! Rosmary Badenes. Y luego al que has dibujado. Muy majo el 'xiquet'. Vaya talentazo el tuyo, Rosmary".

Halagada, la pintora le agradeció el gesto y el mensaje que también recibió por WhatsApp. Y tuvo claro que iba a obsequiarle con su creación. Conoce a su familia, "de siempre", pero ello no deja de lado que la artista esté "muy ilusionada" con el apoyo que le brindó la estrella, protagonista de series de estreno en las principales plataformas audiovisuales del momento. "Le gustó muchísimo, me dijo que le clavé la mirada; la expresión de los ojos. Se lo regalaré y pasará a recogerlo en cuanto acabe el rodaje y pueda venir a Castelló", apunta la pintora. Y quién sabe si lo cuelga en su casa de Madrid y se convierte en el principio de más encargos de cine.

En todo caso, Rosmary sigue adelante en su taller con su proyecto de ir plasmando entre grises y blancos a diferentes actores y actrices. "Casi tengo acabada a Angelina Jolie... ¿y el próximo? He pensado en Antonio Banderas, carismático y con una expresión fuerte", resalta. "Pero si alguien me encarga Marilyn, por ejemplo, también la puedo dibujar", apunta.

El arte como regalo para combatir el desánimo

Y es que el retrato le encanta. Antes de la crisis del coronavirus, Rosmary mostró su trabajo en exposiciones en Benicàssim y en muestras colectivas de la Fundación Dávalos-Fletcher. Pero ahora está todo más parado. Con todo, disfruta con sus encargos. Desde una obra abstracta con colores elegidos para decorar un salón; al retrato familiar de una sobrina como detalle para su tío; o un presente especial para una pareja de novios.

En estos últimos meses incluso empresas de prestigio, como un laboratorio farmacéutico o una compañía especializada en ergonomía de muebles de oficina, le han pedido que se inspire en sus marcas para crear obras especiales y exclusivas para presidir su sala de juntas. Toda una reinvención.

Porque el arte combate "ese desánimo generalizado" en el que estamos inmersos y aporta un poco de luz.