El italiano Damiano Caruso, vencedor de la vigésima y penúltima etapa del Giro, y segundo clasificado de la general de la carrera, declaró abiertamente que había sido un “día mágico” en las rampas de Alpe Motta.

“Sabía que era un día muy importante para mí. Para confirmar el podio e intentar conservar el segundo puesto, pero al final nos ha salido una etapa muy buena”, explicó poco después de cruzar la línea de meta.

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"Mis compañeros y yo hemos rodado muy bien. Hemos sacado el máximo partido. Ha sido una jugada que no estaba planeada", reconoció. “En la bajada de San Bernardino vimos que el equipo DSM estaba aumentando el ritmo y Pello Bilbao y yo decidimos ir a por ellos porque pensamos que podía ser un buen movimiento. Al final resultó ser la jugada ganadora”, dijo.

"Le di las gracias a Pello antes de que se descolgara. Hizo un trabajo enorme y fue genial al final porque pudimos acabar con victoria", dijo.