Con el mensaje de que la guerra se puede evitar si el régimen iraquí "coopera de forma más activa y estrecha" con los inspectores de la ONU, el jefe de la misión, Hans Blix, y el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed el Baradei, aterrizaron ayer en Bagdad para intentar desbloquear los contenciosos pendientes en el régimen de inspecciones en Irak. Tras la primera jornada de conversaciones, El Baradei constató que se habían producido "progresos". Blix informó que las autoridades iraquís le comunicaron el descubrimiento de cuatro nuevas cabezas de misiles vacías capaces de portar armas químicas. Durante las discusiones, El Baradei y Blix transmitieron a las autoridades de Bagdad el mensaje de que es Irak el que debe ofrecer pruebas de que no alimenta ningún deseo de almacenar armas de destrucción masiva.

Lejos de disminuir la presión sobre el régimen de Sadam, EEUU continuó multiplicando sus amenazas. Condolezza Rice, consejera de Seguridad Nacional de George Bush, declaró ayer que Bagdad no parece querer cumplir con el mandato de la ONU. "Estamos en la antesala de una importante serie de decisiones" , dijo Rice, antes de subrayar que el 27 de enero, día en que los inspectores deben presentar su primer informe sobre los arsenales iraquís, "es una fecha importante".