La clase media venezolana movilizada contra el presidente, Hugo Chávez, ocupó desde la tarde de ayer más de cuatro kilómetros de la autopista principal de Caracas, para quedarse 24 horas en protesta por la anulación judicial del referendo consultivo del 2 de febrero. Pero sus dirigentes hablaban ya de "ir levantando el paro" y aprovechar la mediación del Grupo de Amigos. Algunos reconocieron que la infructuosa huelga resultaba, a sus 55 días, "un carnaval de irresponsabilidad".

Con tiendas de campaña, termos, comida y perritos, los avezados manifestantes antichavistas se instalaron de fin de semana en la autopista Francisco Fajardo. "Nuestro sacrificio no puede quedar en nada", dijo casi llorando una señora. A través de las cuatro televisiones alineadas con la oposición, sus líderes llamaron a "reunir dos millones de personas". En una encuesta, el 89% de los asistentes se mostró dispuesto a quedarse allí "hasta que se vaya Chávez".

EDUCACIÓN Y ALIMENTOS

Los portavoces de la oposición dijeron "no tener inconveniente en ir sacando de la conflictividad a la educación y el abastecimiento de alimentos", a cambio de que se considere la readmisión de los ejecutivos despedidos de las petroleras.

El analista opositor Fausto Masó lanzó una dura crítica a la Coordinadora Democrática por no aceptar la oferta de referendo en agosto.