En una polémica respuesta a una sentencia judicial adversa, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, denunció la "persecución política" de que es objeto y prometió "luchar hasta el final" contra el "acoso" de los jueces. El Tribunal Supremo rechazó el pasado martes un recurso de sus defensores para trasladar de sede un proceso por presunto soborno de jueces, traslado que habría favorecido que el supuesto delito prescribiera.

La respuesta de Berlusconi fue retransmitida por las televisiones nacionales. El primer ministro aseguró: "Prometo defenderme con la certeza de no haber cometido delitos en contra de la ley". En su opinión, la sentencia del Supremo "pone en entredicho los principios de la Constitución" e incluso "la posición de Italia en la coalición mundial contra el terrorismo".

Tras su intervención, dijo que "no es digno para un presidente viajar por el mundo como imputado" y que "cuando existen procesos judiciales que salpican a un primer ministro sería oportuno suspenderlos, como en otros países".

"GRAVE ERROR"

Francesco Rutelli, líder de la oposición de izquierdas, tachó la declaración de Berlusconi de "grave error". Piero Fassino, secretario de Demócratas de Izquierda, calificó el discurso de "arrogante y amenazador". "Confío en que (Berlusconi) no perderá la calma", añadió el exjuez Antonio Di Pietro.