Decenas de disidentes cubanos que fueron detenidos a mediados de marzo serán sometidos a partir de hoy a juicios sumarísimos en un tribunal de La Habana, acusados de delitos contra la seguridad del Estado. Según la legislación vigente en la isla, los procesados podrían ser condenados a penas que oscilan entre 15 y 30 años de cárcel y diez de ellos a cadena perpetua, informaron ayer grupos de oposición y familiares de los detenidos, los cuales alegan que el único delito de los procesados es haber defendido opiniones distintas a las oficiales y reclamado la democratización.

Elizardo Sánchez, que encabeza la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, explicó a la agencia Efe que hasta ahora, de las 78 detenciones que se llevaron a cabo, se han documentado entre 20 y 30 expedientes. Entre ellos figuran el del periodista independiente Raúl Rivero, director de Cubapress, para quien el fiscal pide 20 años de prisión, y el de Ricardo González Alfonso, presidente del Sindicato de Periodistas, para quien se ha solicitado cadena perpetua.

La fiscalía también ha pedido cadena perpetua para varios miembros del movimiento Todos Unidos. Entre los detenidos figuran miembros del Movimiento Cristiano Liberación y del Proyecto Varela, liderado por Oswaldo Payá, último premio Sajarov a la libertad de expresión. Sánchez se mostró convencido de que la justicia cubana no tiene más pruebas contra ellos que el material incautado en sus domicilios: libros, documentación, fotografías y computadoras.

La solidaridad internacional no se hizo esperar. La Unión Europea, Estados Unidos y varias organizaciones de derechos humanos han manifestado su apoyo a los disidentes procesados. Además, medio centenar de intelectuales de todo el mundo han suscrito un documento en el que condenan la represión en Cuba por delitos de opinión.

BALSEROS EN FLORIDA

Un barco con una quincena de personas a bordo se encontraba anoche a la deriva en el estrecho de Florida, en aguas internacionales a unos 100 kilómetros de EEUU, después de haber partido de Cuba por la mañana. La embarcación, una pequeña lancha turística, fue robada en la bahía de La Habana y luego recogió a más pasaje en un zona cercana. Según informaron las autoridades norteamericanas en Miami, un negociador se dirigía al encuentro del barco. La nave no está preparada para travesías en alta mar, aunque sí lleva suficiente combustible para llegar a las costas de Florida.