EEUU sigue adelante con su propósito de marginar a la ONU de la posguerra iraquí y se dispone a presentar ante el Consejo de Seguridad, la semana que viene, un proyecto de resolución para levantar todas las sanciones impuestas a Irak en 1990, que dejaría el control de las ricas reservas de petróleo iraquí a Washington, hasta que se instale un Gobierno interino.

El papel que el documento adjudica a la ONU es consultivo, aseguró ayer el diario The Washington Post, pues pide a Kofi Annan que nombre un representante que participaría, siempre en coordinación con EEUU, en la ayuda humanitaria, en la reconstrucción y en la formación del Gobierno.

El proyecto de resolución especifica quién controlará la industria petrolera iraquí, ya que contempla que sus beneficios pasen de la ONU a un fondo en el Banco Central Iraquí, para sufragar los proyectos de reconstrucción que elija el virrey de EEUU en Bagdad, Jay Garner.

FONDOS SUPERVISADOS

Según fuentes oficiales, la decisión de estas inversiones pasaría al nuevo Gobierno interino iraquí, una vez que se constituya. Washington sopesa además dejar que el empleo de los fondos iraquís derivados de su petróleo sea supervisado por un organismo como el FMI.

Según el diario, en la Casa Blanca se considera el próximo 3 de junio, fecha en que vence la extensión del programa de Petróleo por Alimentos, como límite para la eliminación total de tal control de la ONU en Irak.