Qusai Husein. El 28 de abril de 1998, el hijo menor de Sadam visitó la cárcel de Abu Graib, cerca de Bagdad. "Debemos hacer algo en la sección de presos políticos", dijo, al darse cuenta de que estaba al tope de su capacidad. "Quiero que los prisioneros sean ejecutados mañana". Dos mil presos murieron al día siguiente.

El episodio, denunciado por un oficial de los servicios secretos iraquís exiliado, retrata el carácter del que estaba llamado a ser el sucesor de Sadam. Menos beligerante, políticamente más hábil y más responsable que su hermano mayor, Qusai, de 37 años, controlaba los servicios secretos y las unidades de la Guardia Republicana encargadas de la protección de su padre, y durante la guerra de Irak fue el encargado de la defensa de Bagdad. También lideró el partido Baaz.