El Gobierno español negó ayer cualquier relación entre el atentado terrorista contra la Casa de España en Casablanca, en el que murieron dos españoles, y su apoyo a Estados Unidos en la guerra de Irak. José María Aznar equiparó el ataque de anteanoche a otro que tuvo lugar en Marrakech en 1994 --en la etapa socialista--, en el que dos turistas españoles perecieron en un tiroteo indiscriminado de terroristas en un hotel.

"Si alguien tiene ganas de perder la memoria, que no lo haga", dijo el presidente en respuesta a las críticas del PSOE e IU, que lo acusaron de haber puesto en peligro los intereses españoles con su actitud belicista en la crisis iraquí. Omitió Aznar que, mientras que el atentado de Marrakech tuvo como objetivo genérico el turismo occidental, el de Casablanca se dirigió contra un centro social propiedad de un español y cuyo restaurante es frecuentado por españoles.

POLÍTICA EXTERIOR INVARIABLE

El secretario de Estado de Exteriores, Ramón Gil-Casares, también se esforzó en desvincular el ataque a la Casa de España del apoyo a EEUU contra Irak, pero avisó de que, si se probase alguna conexión, el Ejecutivo no variará su política exterior. Para demostrar que la posición española en Irak no había sido "determinante" en el ataque, Gil-Casares argumentó que otro de los objetivos terroristas fue el consulado de Bélgica, país que no formó parte de la coalición contra Sadam Husein. Las autoridades belgas aclararon que el atentado no iba contra su consulado, sino contra una pizzería propiedad de un judío.

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, viajará hoy a Marruecos desde Argel para ofrecer su cooperación a Rabat. Ayer, el titular de Interior, Ángel Acebes, mantuvo una charla telefónica con su homólogo Mustafá Sahel y le ofreció la ayuda española.

A diferencia de EEUU y Gran Bretaña, el Gobierno español no recomienda a los viajeros que tengan un cuidado especial en Marruecos por ser ciudadanos de un país que copatrocinó la guerra de Irak. En sus consejos a los turistas, el Ministerio de Asuntos Exteriores dice del país magrebí: "Las condiciones de seguridad son buenas en general, salvo agresión exterior o de origen imprevisible". Y añade: "Se recomienda ceñirse a los circuitos habituales programados, sin perjuicio de las precauciones personales consecuencia de la situación internacional actual". EEUU y el Reino Unido sí destacan los riesgos para sus intereses derivados de la guerra de Irak.