Varios tiroteos provocaron ayer al menos un muerto y siete heridos de bala en Caracas, cuando la tenaz oposición venezolana trató de ocupar con una manifestación denominada "la reconquista del oeste" el popular barrio de Catia, bastión de los simpatizantes del presidente, Hugo Chávez. La sangre y las refriegas empañaron el preacuerdo que ambas partes firmarán la semana que viene, y la oposición clamó, por voz del gobernador Enrique Mendoza: "Con toda esta violencia, el oficialismo quiere evitar algo inevitable: el referendo revocatorio".

La marcha, organizada por el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD) con el apoyo de la coalición opositora Coordinadora Democrática, fue recibida en Catia por encapuchados de los grupos radicales chavistas Carapaica y Tupamaro. Los enfrentamientos provocaron el cierre del metro y la intervención de la militar Guardia Nacional. Poco después, varios francotiradores dispararon desde distintos puntos e hirieron a dos manifestantes y tres guardias nacionales. Repelido por la policía, el tiroteo se repitió media hora más tarde, con otros tres heridos.

El alcalde, Alfredo Peña, confirmó la muerte de Modesto Martínez, de 48 años, alcanzado por una bala en la mandíbula, y el ingreso de los demás heridos en distintos hospitales. "Estamos dando un espectáculo doloroso ante América y el mundo. En Venezuela no volverá a haber nunca más paz si no se desarma a los violentos", señaló Peña.