Las Fuerzas Armadas tomaron el control del orden interno en Perú por instrucciones del presidente Alejandro Toledo, quien, en la madrugada del martes, decretó el estado de emergencia durante 30 días para frenar las huelgas y el conflicto social que sacude al país. La capital fue prácticamente tomada por tropas y vehículos del Ejército, que vigilaban los puntos neurálgicos de Lima, así como las carreteras bloqueadas por los huelguistas.

En un mensaje al pueblo, un circunspecto Toledo dijo que se adoptó la medida para "mantener un clima de paz y estabilidad que asegure las inversiones, el crecimiento y más trabajo".

DERECHOS SUSPENDIDOS

El estado de emergencia, que se dicta en caso de "perturbación de la paz", "catástrofe" o "graves circunstancias", suspende las garantías constitucionales de los derechos al libre tránsito y de reunión, inviolabilidad del domicilio y libertad personal.

Maestros, agricultores y empleados públicos iniciaron sus protestas para reclamar mejoras económicas y el cumplimiento de las promesas electorales de Toledo, al que habían apoyado.

El Gobierno respondió declarando ilegal la huelga de los docentes y anunció que se contratará profesores desempleados para reemplazar a los huelguistas. El líder de la Confederación General de Trabajadores del Perú, Mario Huamán, calificó a las autoridades de "torpes" al declarar el estado de emergencia.