Mientras Tony Blair recorría ayer Irak como un héroe, saludando a las tropas británicas y besando a los escolares de Basora, en Londres nuevas revelaciones acusaban al primer ministro de haber manipulado información secreta para justificar la participación del Reino Unido en la guerra. Según las declaraciones a la BBC de un agente de los servicios secretos británicos, el equipo del primer ministro añadió de su propia cosecha ciertas frases a un informe oficial sobre el armamento iraquí, hecho por los servicios secretos, para darle un tono más urgente y dramático a la situación.

Blair, que luciendo su mejor sonrisa pasó seis horas en Irak y se convirtió en el primer líder occidental que visita aquel país tras la caída de Sadam Husein, deberá a su regreso responder de algunas afirmaciones sobre las armas de destrucción masiva en poder del régimen iraquí.

Un dosier de los servicios secretos, publicado a bombo y platillo el pasado septiembre, decía que Sadam tenía capacidad para activar sus armas biológicas y químicas "en sólo 45 minutos". Blair esgrimió esta información en la Cámara de los Comunes para desautorizar a los diputados laboristas que se oponían a la guerra.

UNA ÚNICA FUENTE

El agente consultado por la BBC asegura que en el texto original no figuraba el párrafo de los 45 minutos, repetido cuatro veces a lo largo del documento. El informe fue "transformado" y "reescrito" una semana antes de ser hecho público. "Esa información no estaba en el borrador original. Fue incluida en contra de nuestros deseos porque no era un dato fiable", señaló el agente. "Muchas cosas en el informe estaban avaladas por una fuente doble, pero ese dato sólo venía de una fuente y nosotros creíamos que estaba equivocado", añadió.

Downing Street negó ayer que hubieran añadido "ni una simple palabra al trabajo de las agencias de inteligencia". Sin embargo, acosado por los entrevistadores del programa Today de la BBC, el número dos del Ministerio de Defensa Adam Ingram, tuvo que reconocer que el detalle de los 45 minutos "sólo provenía de una única fuente y no fue corroborada" por el equipo de Blair.

Las nuevas revelaciones han llevado a varios diputados a pedir una investigación sobre la veracidad de los documentos presentados por el Gobierno. El Comité de Inteligencia y Escrutinio indagará si los datos, proporcionados por los servicios secretos del MI6 sobre las armas iraquís, se ajustaron a la realidad y si el Gobierno utilizó e interpretó correctamente esa información.

También en EEUU se está desmontado que la supuesta amenaza de las armas de destrucción masiva como argumento para justificar la guerra fue una falacia. Han pasado siete semanas desde el fin de la operación militar y ni una sola de esas peligrosas armas ha sido encontrada. El número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, reveló, en una entrevista a la revista Vanity Fair, que Bush decidió poner el acento en la amenaza de ese arsenal por "razones burocráticas".

"Por razones burocráticas, decidimos las armas de destrucción masiva (como primera razón para la guerra) porque era el único motivo en el que todo el mundo estaba de acuerdo", dijo Wolfowitz, quien dio otra razón: "El derrocamiento de Sadam permitía a EEUU retirar a sus tropas de Arabia Saudí".