Las autoridades estadounidenses maltrataron a los extranjeros que fueron detenidos en el marco de la investigación por los atentados del 11-S del 2001. Así ha quedado registrado en un informe divulgado ayer por el Departamento de Justicia estadounidense, que detalla las condiciones de arresto de los 762 detenidos y concluye que estos fueron tratados con una "excesiva severidad".

El documento hace hincapié en las circunstancias en que 84 extranjeros permanecieron en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn (Nueva York). Según el informe, los presos eran obligados a permanecer 23 horas al día en sus celdas, donde nunca se apagaba la luz. Cuando tenían que moverse, lo hacían con esposas y cadenas, y con frecuencia eran maltratados por parte de los guardias.

CRÍTICAS AL FBI

La investigación critica al FBI, que no hizo distinción entre los sospechosos de terrorismo y aquéllos cuyo único delito era no tener papeles en regla.

El documento tampoco deja bien al Departamento de Justicia, que tardó 80 días de media en informar a los detenidos de los cargos. 54 de ellos permanecieron arrestados por un periodo que excedía los 90 días previstos por la ley, mientras que a 130 se les negó el derecho a un abogado de oficio. Al final, ni uno de los 762 detenidos fue acusado de tener vínculos con terroristas.