Entendemos la importancia de la contigüidad territorial de Cisjordania para que que haya un Estado palestino viable". Esta frase que de Ariel Sharon pronunció en Aqaba, contiene una de las palabras claves de las dos cumbres del mar Rojo: contigüidad. Una palabra que hizo que el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleisher, rectificara a George Bush por confundirla con "continuidad" en Sharm el Sheij, un error que casi volvió a cometer Bush en Aqaba.

En los vericuetos negociadores, no es lo mismo una Cisjordania continua que contigua. Una Cisjordania continua significa que las localidades palestinas tienen una continuidad territorial. Contigua es un sistema de "túneles y puentes que conectan los enclaves palestinos de Cisjordania", según explicaron ayer fuentes israelís al diario Haaretz. La cuestión son los asentamientos.

Desde la guerra de los Seis Días, los gobiernos israelís han establecido asentamientos a través de Cisjordania, considerados ilegales por la comunidad internacional en contra de la opinión israelí. Actualmente hay 145 asentamientos oficiales en Cisjordania, habitados por 300.000 personas. Comunicar estos asentamientos levantados sobre tierras confiscadas requiere un complicado sistema de carreteras que acarrea más expropiaciones.

Pero, sobre todo, convierte a las localidades palestinas en lo que dirigentes como Abu Mazen han calificado en varias ocasiones como "bantustanes", en un régimen parecido al apartheid: ciudades y pueblos incomunicados por colonias.

TÚNELES Y PUENTES

La Hoja de ruta establece en su primera etapa congelar la construcción de nuevos asentamientos y el crecimiento de los existentes, y deja para la última fase la negociación final sobre su desmantelamiento para que Palestina tenga continuidad. Pero Sharon, campeón durante muchos años del movimiento colonial, no quiere ni oír hablar de ello. Su visión de Palestina es un porcentaje de Cisjordania separado físicamente por los asentamientos y unido por túneles y puentes. O sea, contiguo.

Lo que en Aqaba Sharon se ha comprometido a desmantelar son los enclaves de colonos, puestos avanzados que acostumbran a estar formados por caravanas y casas prefabricadas. Estos enclaves son considerados ilegales por la legislación israelí --que sí aprueba la construcción de asentamientos-- y desde marzo del 2001 se han construido entre 50 y 100, según las fuentes.

No hay que confundir enclaves con asentamientos. Un asentamiento es, por ejemplo, Maaleh Adumim, situado a 10 minutos de Jerusalén y construido sobre territorio ocupado en 1967, y que impide la conexión de la parte árabe de la ciudad con Cisjordania. Desde 1992 Maaleh Adumim --donde viven 30.000 personas-- tiene categoría de ciudad, con sinagoga y centro comercial.

ENCLAVES DE COLONIAS

A pesar del congelamiento de asentamientos establecido en la primera fase de la Hoja de ruta, en mayo se aprobó que hasta el 2008 se construyan en Maaleh Adumim 3.500 nuevas casas para 15.000 personas, a precios más baratos que Jerusalén y con unas condiciones de vida de zona residencial.

No es el único caso: según la organización Peace Now, este año se ha aprobado la construcción de 635 pisos en colonias.