El terrorismo internacional tiene varios métodos para camuflar explosivos y llevarlos al lugar del atentado. Cualquier tipo de vehículo es idóneo para ello: numerosos coches bomba, camiones bomba e, incluso, aviones bomba han causado miles de muertos. En ocasiones los terroristas llegaron a utilizar hasta animales domésticos, en particular burros y perros, como portaexplosivos cuadrúpedos.

La última novedad en este terreno son las denominadas viudas bomba chechenas, cuyos ataques han causado una cuarentena de víctimas mortales en Chechenia y en la vecina república de Osetia del Norte desde el pasado mayo.

Fue en octubre del 2002 cuando el mundo vio por primera vez las imágenes de las viudas suicidas. Una decena de mujeres de etnia chechena, cuyos familiares habían fallecido a manos de soldados rusos, participaron en al asalto al Teatro Dubrovka de Moscú. Cada una llevaba acoplado un cinturón explosivo. La prensa rusa les dio el nombre de Viudas Negras por el color de sus vestidos. Desde entonces, el recurso a las viudas bomba ha tenido un inconfundible marchamo checheno.

FIESTA MUSULMANA

El pasado 14 de mayo, en la localidad chechena de Ilasjan-

Yurt, a 40 kilómetros al este de Grozni, dos mujeres kamikaze atentaron contra el jefe de la Administración provisional de Chechenia, Ajmad Kadirov. Las chechenas activaron cinturones explosivos en una fiesta musulmana a la que asistían unos 15.000 creyentes y varios miembros del Gobierno instalado por el Kremlin. Las terroristas se acercaron al jefe de la Administración chechena fingiendo ser periodistas. Murieron al menos 20 personas y más de 100 resultaron heridas. El atentado más reciente en el que otra viuda voló un autobús militar ruso fue el jueves en Mozdok, Osetia del Norte (Cáucaso). Murieron 20 personas y 13 resultaron heridas.

Según el Ministerio del Interior checheno, las mujeres kamikaze forman parte del destacamento separatista Viudas Negras, cuyo objetivo ha sido llevar a cabo una oleada de atentados en el Cáucaso para ejercer presión sobre las autoridades rusas con vistas a las elecciones presidenciales y del Parlamento chechenos. El entrenamiento del grupo de las mujeres suicidas ha sido responsabilidad del comandante Shamil Basayev, ideólogo del ataque al Teatro Dubrovka y mano derecha del presidente en el exilio Aslan Masjadov. Las viudas siempre llevan encima certificados de defunción de sus maridos e hijos a causa de operaciones militares de las tropas rusas.

"Las viudas chechenas son el perfecto material humano para los terroristas. Por un lado, su religión dice que se encontrarán con Alá si mueren por su fe. Por otro, el vulnerable estado psicológico de esas mujeres las hace muy manejables," asegura Oleg Nechiporenko, director del Foro Antiterrorista y Anticrimen Ruso.

Según el portavoz del Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB), Serguei Ignatchenko, las viudas kamikaze han hecho un "curso especial" fuera de Chechenia financiado por grupos terroristas internacionales. "Los psicólogos consiguen que para ellas morir se convierta en un placer. Al final, hay casi una lucha para ser la primera en la cola", aclara Ignatchenko.

EFECTO MULTIPLICADOR

El hecho de que el atentado haya sido perpetrado por una viuda multiplica su efecto. "No es lo mismo. Para la opinión pública, la viuda siempre quiere vengar algo verdaderamente atroz", opinó Nechiporenko.

Según los expertos, los atentados con viudas son un ejemplo de terrorismo que combina varios elementos conocidos. "La idea no es nueva. Una mujer inspira más confianza que un hombre. Además, el reclutamiento de viudas tiene un fuerte elemento ideológico. Es un intento de demostrar que la resistencia tiene profundas raíces", sostiene Ignatchenko.