Menos mal que estaba Gadafi. Sus salidas de tono fueron uno de los pocos atractivos que los periodistas encontraron en el Foro de Diálogo 5+5, que el viernes y el sábado reunió en Túnez a los jefes de Estado y de Gobierno de cinco países de la ribera norte del Mediterráneo y de los cinco del Magreb.

Ahí estaban los pesos pesados de la zona. Del lado europeo, los presidentes de Francia, Jacques Chirac, y Malta, Guido di Marco; y los jefes de Gobierno de España, José María Aznar; Italia, Silvio Berlusconi, y Portugal, José Manuel Durao Barroso. Por el lado magrebí, acudieron, además del líder libio, el rey Mohamed VI de Marruecos, los presidentes de Argelia, Abdelaziz Buteflika; Túnez, Zinelabidin Ben Alí, y el ministro de Exteriores mauritano.

Leche fresca de camella

Gadafi llegó por carretera, pues sigue sin superar su miedo a los aviones, y se trajo consigo una camella para tener leche fresca. Además, se durmió en las sesiones plenarias. El viernes, se regaló una siesta durante los discursos de Chirac, Aznar y Buteflika. Ayer, en la clausura, se pegó un sueñecito matutino, del que sólo le despertaron las ovaciones del grupo de fieles tunecinos cada vez que algún orador nombraba a Ben Alí. A última hora, Gadafi decidió que no le apetecía leer ningún discurso y se fue sin decir palabra.

Aunque para discursos, el de Berlusconi, que aprovechó para dar las gracias a Ben Alí por "el buen tiempo de Túnez" y explicar que su mujer acababa de pasar 15 días en ese país y que "había vuelto encantada".

A Mohamed VI se le vio poco. Tras su discurso, desapareció. Se fue a la lujosa residencia que tiene en Túnez y no asistió a la cena de gala ni a la clausura.

El Foro 5+5 también fracasó en su aspiración de ser terreno neutral para que los líderes de países con querellas pendientes se reunieran. Se esperaba un encuentro entre Mohamed VI y Buteflika, para intentar acercar posiciones respecto al Sáhara Occidental. Marruecos quiere negociar la solución, no en la ONU, sino directamente con Argelia, principal apoyo del Frente Polisario. Además, se pretendía que las diferencias entre ambos países dejaran al menos de bloquear el desarrollo de la Unión del Magreb Árabe, el intento magrebí de copiar a la UE.

Pero no hubo reunión y sí un rifirrafe verbal. El rey dijo que, si el Sáhara no se lo queda Marruecos, esa zona acabará como "un santuario terrorista", a lo que Buteflika replicó que "el terrorismo no tiene nada que ver con el derecho de autodeterminación de los pueblos".

Diálogo franco-libio

El único éxito se produjo cuando la delegación francesa y la libia acordaron reanudar el diálogo sobre las indemnizaciones que Francia exige a Libia para las víctimas del avión francés que en 1989 agentes libios hicieron estallar sobre Níger. Pero Chirac y Gadafi no se reunieron. El presidente francés estuvo distante con Gadafi.

Las rencillas impidieron a los jefes de Estado hacer los deberes. Del encuentro no ha salido ningún acuerdo para que los 10 países luchen juntos contra el terrorismo y la inmigración ilegal. Ni siquiera se ha pactado una fecha para otra cumbre.