La pugna por el sistema de votos y el número de comisarios bloqueó ayer la primera jornada de negociaciones sobre la Constitución europea en la cumbre de Bruselas. La negativa de España y de Polonia a aceptar el nuevo reparto de poder en la UE --previsto en el borrador de Constitución-- y la oposición de Alemania y Francia a aceptar una Comisión europea con un comisario por país a partir del 2009, como reclaman los nuevos estados miembros, impidieron un avance de la reforma institucional.

El primer ministro italiano y presidente semestral de la UE, Silvio Berlusconi, reconoció al final del primer día de la cumbre que ambos temas eran "los dos principales desacuerdos" existentes sobre la Constitución.

HASTA LA MADRUGADA Berlusconi mantuvo entrevistas bilaterales de confesionario con los líderes de la UE hasta entrada la madrugada de hoy y dijo que presentará una nueva propuesta de compromiso institucional.

Las sucesivas reuniones bilaterales que mantuvieron Berlusconi, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro británico, Tony Blair, con el presidente del Gobierno, José María Aznar, no permitieron abrir aún una vía para alcanzar un compromiso sobre el sistema de voto en el Consejo de Ministros europeo, según fuentes oficiales.

La ministra de Exteriores española, Ana Palacio, calificó la reunión con Berlusconi de "interesante, pero no conclusiva y sin propuesta concreta". "Se va avanzando", añadió Palacio, tras indicar que el principal elemento positivo fue que "hay voluntad de seguir negociando".

Aznar reiteró su rechazo al nuevo sistema de adoptar las decisiones por una mayoría de estados que sumen al menos el 60% de la población, porque al tener en cuenta los habitantes de cada país le arrebataría a España el poder de voto casi igual al de Alemania que consiguió en Niza en diciembre del 2000.

Schröder, Blair y el presidente francés, Jacques Chirac, tuvieron una minicumbre antes de empezar el Consejo Europeo para pactar una estrategia que facilite un acuerdo sobre la Constitución.

Berlusconi le pidió a Blair que le ayudara a convencer a España para que flexibilizara su postura y aceptara el sistema de doble mayoría, que respaldan casi todos los países. Antes de iniciarse la cumbre, Berlusconi fue a buscar a Aznar y ya tuvo una primera conversación con él.

El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Vlodzimierz Cimoszewicz, también afirmó que su país tiene "muy, muy poco margen" para aceptar un compromiso. "Tenemos unas líneas rojas que nuestros socios deben respetar", insistió Cimoszewicz. Polonia insistió en que, incluso si se queda sola, no podrá aceptar la doble mayoría, porque tiene un mandato del Parlamento nacional, dijo el portavoz del primer ministro.

El encuentro evidenció una vez más el aislamiento de España y Polonia y, en especial, la soledad de Aznar, que apenas habló con los demás líderes. Incluso su aliado Blair destacó que la UE ampliada necesita "un acuerdo que le permita funcionar de forma eficaz".

ALABANZAS SUECAS El primer ministro sueco, Göran Persson, dijo que "hay que reconocer que Alemania es un gran país" y el primer ministro danés, Anders Fog Rasmussen, exhortó a sus socios a no perder esta ocasión para aprobar la Constitución.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, rechazó que Europa se pueda "construir a partir de bloqueos y minorías", como pretenden España y Polonia.

Chirac insistió en que la UE ampliada necesita un sistema de votación que funcione y que evite la parálisis. Frente al rechazo español, el presidente francés defendió la doble mayoría, porque "respeta las normas democráticas de tener en cuenta las poblaciones implicadas".

Las exigencias de España y Polonia, según Chirac, "no son compatibles con la visión de una UE más integrada", que apoyan los países fundadores. Palacio replicó posteriormente que "Europa se construye entre todos y que ni los países más poblados ni los fundadores pueden apropiarse del interés europeo".

DIVERGENCIAS Alemania, Francia y los demás fundadores de la UE se opusieron a la exigencia de los nuevos miembros --Finlandia y Austria-- de conservar un comisario por país, y defendieron la propuesta de una Comisión Europea reducida a partir del 2009, tal como figura en el proyecto de Constitución. Chirac argumentó que "la Comisión Europea no es un órgano de representación nacional, sino que está al servicio del interés general de la UE".