Sadam Husein tendrá un juicio "de acuerdo con las normas internacionales", prometió ayer el presidente de EEUU, George Bush, pero eludió pronunciarse sobre si apoyaría la ejecución de su archienemigo si es lo que deciden los iraquís, que, según él, "serán los que decidan su suerte". El presidente no ocultó su satisfacción por la captura del dictador, a quien se tratará "humanamente" durante los interrogatorios, pues le ha concedido la calificación de "prisionero de guerra". Es decir, estará protegido por la Convención de Ginebra, un privilegio que no tienen los 650 detenidos de Guantánamo.

"Yo tengo mis propias ideas de cómo habría que tratarle", confesó, sin embargo, Bush, mostrando su desprecio al "brutal dictador". "Pero mis opiniones personales no cuentan en este tema", añadió, sin clarificar si se inclinaría por la cárcel o la pena capital, de la que es ardiente partidario, como demostró durante su mandato como gobernador de Texas, el estado que más ejecuciones ha llevado a cabo en EEUU desde la restauración de la pena de muerte, en 1976.

ATROCIDADES Por ahora, Sadam se encuentra en paradero desconocido sometido a interrogatorios, tal vez en Qatar, como informó la cadena televisiva CNN tras su captura, o en algún lugar de Irak, como aseguraban fuentes del Gobierno provisional iraquí. Bush no ofreció detalle alguno sobre cómo será su juicio, excepto que será "público, para que salgan a la luz todas sus atrocidades y se haga justicia".

El presidente hizo gran énfasis en que los iraquís llevarán la voz cantante en el proceso de su expresidente. "Trabajaremos con ellos para desarrollar un sistema de juzgarle que sea justo, para que se le haga la justicia que él negó a sus ciudadanos", aseguró. Por su parte, el Consejo de Gobierno iraquí ya ha dejado claro que desea procesar al caído dictador ante el Tribunal Especial de Crímenes de Guerra que se creó la semana pasada en Irak.

En el curso de su última conferencia de prensa de este año, Bush se esforzó en pasar por alto el argumento que empleó para lanzar la guerra que derrocó a Sadam: su presunta posesión de armas de destrucción masiva. "Es un mentiroso", dijo para resaltar la falta de credibilidad de lo que confiese el exdictador durante sus interrogatorios con respecto a las polémicas armas, que siguen sin aparecer. Tampoco clarificó si la caída de Sadam ayudará a acelerar la repatriación de sus tropas, unos 130.000 soldados empantanados en la sangrienta posguerra iraquí.

"UN PROBLEMA MENOS" Pese a sus esfuerzos por evitar todo triunfalismo, Bush no pudo ocultar su júbilo por la detención de Sadam, el hombre que atentó contra su padre en 1993. Al preguntársele qué le diría si le tuviera enfrente, el presidente espetó: "¡Un problema menos! El mundo está mejor sin ti, Sadam Husein". También explicó que el domingo por la mañana fue felicitado por su padre.

Como hizo el domingo, Bush recalcó ayer con gran cautela que la situación en Irak sigue siendo peligrosa para las tropas estadounidenses. "Yo creo que habrá más violencia, habrá terroristas que quieran seguir luchando contra nosotros".

El presidente volvió a mencionar el 11-S para justificar su política en Irak, país donde se libra "una batalla de la guerra al terror, que tiene muchos frentes", afirmó, citando a Afganistán y a Filipinas. Bush también trató de quitar importancia a la oposición de Francia y Alemania y manifestó su interés por "trabajar juntos" en Irak.