El presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB), que agrupa a ocho millones de trabajadores, el socialdemócrata Michael Sommer, acusó ayer al Gobierno del canciller alemán, Gerhard Schröder de promover "condiciones laborales como las que existen en EEUU".

Sommer expresó así su rechazo a los recientes acuerdos entre el Gobierno socialdemócrata y la oposición cristianodemócrata para facilitar una reducción de impuestos y una reforma del Estado de bienestar con el fin de impulsar el crecimiento de la alicaída economía alemana.

"Los cambios suponen el abandono de la protección de los trabajadores en favor del despido arbitrario", se quejó Sommer en una conversación con este periódico.

El líder sindical se refiere a la pretensión de la derecha de "dejar legalmente indefensos a unos cinco millones y medio de trabajadores", ya que la Unión Cristianodemócrata (CDU) sólo aprobó el paquete de reformas después que el Gobierno se comprometiera a permitir el despido libre en empresas de hasta diez trabajadores.

Sommer criticó que, a partir de enero, los parados de larga duración reciban como subsidio el equivalente a la ayuda social y que estén obligados a realizar cualquier trabajo considerado razonable por el Gobierno.

REPERCUSIÓN NEGATIVA Sommer cree que tendrá una repercusión negativa, especialmente en la ex-RDA. Según Sommer, el Gobierno no practica ni una política de izquierdas ni socialdemócrata. "Muchos compañeros no entienden la política del Gobierno; comprendo que estén desengañados", subrayó.

Agregó que la situación social y la política laboral que defienden los principales partidos alemanes es difícil de soportar para los trabajadores y dijo que su confederación colaborará con grupos extraparlamentarios. Las primeras acciones de protesta serán en abril a nivel europeo.