Irán suscribió ayer en Viena (Austria) el Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación de armas nucleares, que abre las puertas para que los inspectores de la ONU puedan controlar sin previo aviso las plantas atómicas del país persa. Este paso dado por el Gobierno iraní resta argumentos a George Bush, presidente de EEUU, para incluir al país persa en el llamado eje del mal.

El documento lo firmaron en la sede de la ONU el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el egipcio Mohamed El Baradei, y el embajador y representante permanente de Irán ante esa institución, Ali Akbar Salehi.

CONFIANZA El Protocolo Adicional es "un instrumento para la creación de confianza" y su firma por un Estado constituye "una clara demostración de su disponibilidad a la transparencia", declaró El Baradei tras firmar el acuerdo, que requiere aún de la ratificación del Parlamento iraní para su entrada en vigor.

La crisis con Irán estalló hace poco más de un año, cuando Bush acusó a Irán --país al que junto a Irak y Corea del Norte incluyó en el llamado eje del mal-- de desarrollar un programa nuclear secreto con el fin de fabricar armas atómicas. Frente a tales acusaciones, Teherán ha manifestado siempre que sus actividades nucleares sólo persiguen fines pacíficos, como la generación de energía eléctrica.

EEUU, al tiempo que se congratuló de la noticia, lanzó una advertencia a la comunidad internacional para que se mantenga alerta. En esa misma línea se manifestó el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, que aseguró que las autoridades iranís "tienen mucho que hacer todavía" en relación con la cuestión nuclear.