Es un paso que se presume inútil. La Constitución que se está elaborando en Irak es un texto escrito sobre papel mojado para ganar tiempo. Para mantener la ficción de la normalidad en un país ocupado que sigue en guerra.

El texto que se apruebe tendrá una fecha de caducidad clara, más allá de unas hipotéticas elecciones: el momento en que se vayan los invasores. En ese punto todo volverá a empezar porque los intereses de las tres comunidades de Irak son irreconciliables. El trío de las Azores hizo lo que nunca debió hacer: patear un avispero sin antes calmarlo con humo.

Periodista.