El canciller alemán, Gerhard Schröder, condenó ayer el terrorismo internacional y renovó el compromiso de su Gobierno para combatirlo "en todas sus raíces y desde todos los frentes". Ante el Parlamento, el canciller afirmó que se pueden limitar las posibilidades de los extremistas, ya que "son dependientes del apoyo logístico que se les preste, necesitan fuentes de financiación y de suministro de armas". Schröder defendió, además, su política contraria a la guerra de Irak.