Las autoridades de Florida calculaban ayer que serán "docenas, y no cientos" los muertos causados por el huracán Charley, el más devastador de cuantos han azotado las costas del estado desde 1992 (cuando el Andrew causó 26 muertos), con vientos de 232 kilómetros por hora el pasado viernes.

Al menos 15 personas fallecidas, un millón evacuadas, cientos de desaparecidos y más de dos millones de hogares sin electricidad son, hasta el momento, las cifras facilitadas por los servicios de emergencia del Condado Charlotte, zona inaccesible a las ambulancias, donde el huracán --que también afectó a Jamaica y Cuba-- destrozó áreas de costa, edificios y 31 parques de caravanas --algunos con más de 1.000 casas móviles-- a su paso por Punta Gorda y Port Charlotte. El número de muertes no se conocerá hasta dentro de unos días, según Wayne Wallace, director de los servicios de emergencia.

EXPERIENCIA ATERRADORA "Los clavos caían del tejado y las paredes se movían violentamente una y otra vez. Fue una experiencia aterradora", declaró una de las víctimas, Anne Correia, que se resguardó durante dos horas en el armario de su apartamento en Punta Gorda. Allí, el responsable del hospital, Josh Putter, contabilizó docenas de heridos graves, con cortes y huesos rotos, y tuvo que cerrar por los destrozos causados, transportando a los heridos en helicópteros y ambulancias hacia otros centros.

"Nuestros peores temores se han hecho realidad", dijo el gobernador, Jeb Bush, quien describió una "gran devastación" y prometió hacer "todo lo posible para ayudar a las víctimas" tras sobrevolar la zona en la que la Guardia Nacional se encarga de evacuar los cadáveres.

El gobernador calcula pérdidas de unos 15.000 millones de dólares, que paliará a través de ayudas federales gracias al estatus especial concedido por la Casa Blanca. Su hermano, el presidente George Bush, visitará hoy Florida, y el candidato demócrata, John Kerry, ha ofrecido su apoyo "al presidente, al gobernador y a los habitantes del estado durante la reconstrucción".

El huracán se desplazó ayer --más debilitado-- hacia Carolina del Sur, donde 180.000 residentes fueron evacuados en la zona de Grand Strand. También las costas de Virginia, Carolina del Norte, Nueva Jersey y Massachusetts están en alerta.