¡Qué alegría! Por fin he vuelto a pisar tierra francesa", exclama Mohamed Gazio, un mauritano de 83 años que hace 60 desembarcó con las tropas aliadas en Provenza, el 15 de agosto de 1944. Pero Gazio, como tantos otros del Ejército francés de África, no disimula su amargura por "el olvido" del Gobierno francés durante años: "Nos dieron simplemente un carnet de excombatiente y una pequeña pensión cada seis meses", recuerda el anciano que recibió la Legión de Honor junto a otros compañeros de armas.

El presidente francés, Jacques Chirac, dijo que Francia nunca olvidará "la sangre vertida" y concedió "a título excepcional", la Cruz de la Legión de Honor a Argel, como "capital de la Francia combatiente" durante la ocupación nazi. Chirac anunció esa distinción en la conmemoración del 60° aniversario del desembarco aliado, a la que asistían el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika y otros 15 mandatarios de África y del Magreb, incluido el rey Mohamed VI de Marruecos. La ceremonia, en la que Chirac condecoró a 21 excombatientes de entre 80 y 90 años de edad, tuvo lugar en el portaviones Charles de Gaulle, frente al puerto de Tolón. Chirac recordó que el general De Gaulle concedió la Cruz de Compañero de la Liberación al futuro rey Mohamed V de Marruecos, abuelo del actual soberano alauí. Un gesto simbólico, aunque insuficiente.

Ceremonia en Senegal

Algunos de los veteranos invitados han preferido acudir a la ceremonia que Senegal organizará el próximo día 23 en Dakar para los "tiradores senegaleses", un término que englobaba a todos los soldados del África negra. Esa ceremonia anunciada por el presidente Abdulaye Wade pretende "reparar la injusticia hecha a los tiradores senegaleses, ausentes de los libros de texto franceses".

Los líderes de Costa de Marfil, Gabón, Congo y Guinea declinaron la invitación.