Además de los 1.299 soldados de EEUU muertos ya en Irak y de los 5.229 que han resultado heridos desde la invasión de ese país, el Gobierno de George Bush debe prepararse para recibir una enorme oleada de soldados con enfermedades mentales causadas por el caos iraquí y los sangrientos combates con los insurgentes. Según varias asociaciones de veteranos de guerra y médicos militares, pueden ser más de 100.000.

"Vemos un número creciente de afectados por síntomas de estrés postraumático", explicó el doctor Evan Kanter, psiquiatra del hospital para veteranos Puget Sound de Seattle, al diario The New York Times. Según un estudio sobre la salud mental de las tropas elaborado por el Ejército de Tierra de EEUU, uno de cada seis soldados que han servido en Irak muestra síntomas de esta dolencia, de depresión clínica o de angustia grave. El documento indica que esta cifra puede aumentar a uno de cada tres.

AYUDA DURANTE 35 AÑOS Cerca de un millón de soldados han servido o sirven en Afganistán e Irak. Los expertos citados por el diario neoyorquino consideran que al menos el 10% de ellos serán víctimas de dolencias mentales. Según Stephen Robinson, del Centro Nacional de Recursos para la Guerra del Golfo, estos veteranos requerirán asistencia médica "los próximos 35 años".

A final de septiembre, el Pentágono había repatriado ya a 885 soldados por dolencias psiquiátricas extremas. Además, hasta finales de julio, 31.000 veteranos de la operación Libertad Iraquí habían solicitado pensiones de incapacidad por heridas o problemas de tipo psicológico.

Entretanto, en Irak, Sadam Husein se reunió ayer por primera vez con un miembro de su equipo de abogados, el iraquí Jalil Duleimi. La reunión duró más de cuatro horas. Según el equipo encargado de la defensa, Duleimi encontró al dictador iraquí "en mucho mejor estado que cuando compareció ante la justicia para escuchar los cargos en su contra".

También se conocieron nuevos datos sobre el secuestro del ciudadano italiano Salvatore Santoro. La cadena de televisión árabe Al Jazira emitió un vídeo en el que dos hombres apuntan con sus fusiles a la cabeza de Santoro. En otra secuencia aparecen cuatro hombres leyendo un comunicado en el que se atribuyen el asesinato del rehén en nombre del Movimiento Islámico de los Muyahidines Iraquís. Sin embargo, no aportaron ninguna imagen del cadáver.