Copenhague Unos gamberros desconocidos vistieron ayer a La sirenita de Copenhague con un burka, en protesta por la posible adhesión de Turquía a la UE. Ésta es una de las muchas fechorías que ha sufrido la escultura en sus 92 años de vida. La pieza, inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen, ha sido decapitada, mutilada y lanzada al agua en numerosas ocasiones.