La CDU esta sumergida en una crisis profunda y su secretario general, Laurenz Meyer, en la cuerda floja, tras descubrirse que éste recibía tres sueldos, uno de ello del consorcio privado energético RWE, tras convertirse en el segundo hombre fuerte de los conservadores alemanes en el 2002. Meyer, defensor de los comportamientos éticos, admitió haber cobrado 60.000 euros de RWE. La portavoz de los conservadores, Eva Christiansen, negó su dimisión.