El presidente de EEUU, George Bush, intentó ayer aflojar la soga que aprieta, cada día un poco más, al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En la última rueda de prensa del año, Bush se vio obligado a reiterar su apoyo al jefe del Pentágono, sobre quien se han intensificado las críticas procedentes no sólo de los demócratas, sino también de prominentes republicanos, además de algunos soldados y familiares de éstos. "Está haciendo una labor excelente y quiero seguir contando con él", dijo Bush.

Bush hizo una apasionada defensa de Rumsfeld. Se preció de conocer "su corazón", lo definió como un jefe "que se preocupa por sus tropas", describió la "angustia" del secretario de Defensa ante las muertes de soldados y mencionó las visitas que realiza "constantemente" a los heridos hospitalizados. "Quizá su porte es áspero, pero bajo ese exterior hay un hombre bueno", dijo.

EL LADO HUMANO A la vez que intentaba potenciar el lado humano del secretario de Defensa, Bush tenía que rendirse a la evidencia de los fallos estratégicos y de planificación del Pentágono en la posguerra de Irak y, en un inusual gesto, llegó a admitir problemas. Reconoció, por ejemplo, que los ataques insurgentes están siendo una "herramienta propagandística efectiva".

Bush también asumió que las tropas iraquís, a las que EEUU se comprometió a entrenar antes de transferirles la responsabilidad de la seguridad en Irak, han conseguido éxitos modestos. "Ha habido casos en los que abandonan el campo de batalla. Eso es inaceptable", sentenció.

En una intervención de casi 55 minutos, Bush utilizó un tono más moderado que de costumbre. Y aunque regó sus respuestas sobre Irak con referencias a "importantes progresos", pareció intentar preparar a los estadounidenses para un difícil proceso. "Las elecciones en enero son el principio, y es importante que el pueblo americano lo entienda; no espero que el proceso esté libre de problemas, pero confío en el resultado", dijo.

Tampoco evitó mostrar su apoyo a otro político cuestionado: Vladimir Putin. Aunque ambos han tenido diferencias, Bush reafirmó su amistad con su homólogo ruso. "Esta relación es importante y la definiría como una buena relación", sentenció. También prometió que se esforzará en buscar soluciones al conflicto entre Israel y Palestina.

Bush renovó su promesa de recortar "a la mitad" en cinco años el déficit fiscal, que es de 412.550 millones de dólares (305.000 millones de euros). También estableció que una de sus prioridades para el 2005 será la reforma de las pensiones.