Diez días después de que el 2 de noviembre saliera reelegido, el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, aconsejó a su presidente, George Bush, y al primer ministro británico, Tony Blair, que aumentaran el número de tropas en Irak. Apenas dos semanas después de esa reunión en Washington, la Casa Blanca anunció que enviaría 12.000 soldados más a Irak, hasta llegar a los 150.000.

Varias personas que escucharon la grabación de la reunión explicaron al diario The Washington Post que el secretario de Estado norteamericano insistió en aumentar la presencia militar.

Durante todos estos meses, Bush y Blair han abordado en numerosas reuniones por videoconferencia la posguerra iraquí. Las mismas fuentes consultadas por el rotativo han explicado que las transcripciones de esos encuentros se han destruido rápidamente, tras leerlas los altos oficiales. Powell presentó su carta de dimisión el mismo día de esa reunión entre Bush y Blair.