Lo dijo a mediados de enero José Sócrates, líder socialista portugués: "Como Zapatero, pero con mayoría absoluta". Y así parece que será. Las últimas encuestas difundidas ayer pronostican que los socialistas portugueses desalojarán del Gobierno al conservador Partido Social Demócrata (PSD) después de tres años en el poder. "El Partido Socialista PS está a pocos días de obtener una victoria histórica en Portugal", dijo ayer con vehemencia Sócrates durante uno de sus paseos por Lisboa. Si los sondeos están en lo cierto, será la primera vez que los progresistas consigan la mayoría absoluta, a la que estuvieron vedados incluso en los buenos tiempos de António Guterres y Mario Soares.

Las últimas cinco encuestas dan a los socialistas entre el 45% y el 46,8% de los votos. La barrera de la mayoría absoluta en estas elecciones se coloca en el 44%. El primer ministro en funciones, Pedro Santana Lopes, del PSD, rondaría el 30% (entre el 26,8% y el 31%). Santana Lopes asumió en verano el poder y la crisis del país, después de que José Manuel Durao Barroso dejara la jefatura del Gobierno para presidir la Comisión Europea.

LA INCÓGNITA El partido que logrará la tercera plaza es una incógnita. Las últimas encuestas han aupado hasta ese lugar al Partido Comunista Portugués, que acude junto con los Verdes en la Coalición Democrática Unitaria (CDU). Esta alianza puede llegar a obtener el 8,9% de los votos, según el barómetro más positivo para ellos, del Diario de Noticias. Muy cerca están el Bloque de Izquierdas (BE, en sus siglas en portugués), con el 7,7%, y la CDS/PP, socios del Gobierno en funciones, que tendría el 7,5%.

El BE, más que un partido, es una amalgama de intelectuales y exdirigentes de extrema izquierda. Según el 25% de los portugueses, este grupo (que casi triplicaría los votos: en el 2002 logró el 2,7%) es la formación a la que los socialistas deberían elegir como socios si no cumplen sus mejores expectativas.

Durante la campaña, Sócrates se ha obsesionado con la mayoría absoluta, con pedir un cheque en blanco a los portugueses para crear un Gobierno "sólido". Pero a pesar de ser conocido entre los ciudadanos --fue ministro de Medio Ambiente de 1999 al 2002--, ha evitado hablar de las medidas difíciles para salir del déficit social y económico, y eso refuerza la tesis de que si gana, lo hará por el voto en contra del actual Gobierno.

Con la espada de los sondeos sobre la cabeza del aún primer ministro, a Santana Lopes sólo le queda confiar en el 10% de votantes que a sólo tres días de las elecciones ha dicho que no sabe en quién confiará el país.

El líder más tranquilo ayer era, sin duda, Jerónimo de Sousa, el candidato comunista. En la sede del partido, a De Sousa se le ilumina la cara cuando se le enseñan las portadas de los diarios que le dan un 8,9% . "Ya lo veremos el domingo", dice, medio incrédulo. "Nuestro objetivo verdadero es que la derecha sea la fuerza minoritaria", subraya, sabiéndose descartado para una posible alianza con el PS.

El secreto de este aumento es "la buena campaña" y el mantenimiento de la ortodoxia marxista-leninista, pese a las críticas: "En España, Izquierda Unida intentó adaptarse y fracasó. Nosotros no bajaremos la bandera", afirma De Sousa.